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Cuxhaven: vidas cruzadas

Marisa García y Pilar Docampo dejaron Vilanova para abrirse camino en la vida, ambas están casadas con ciudadanos alemanes y fijaron su residencia en la ciudad de la Baja Sajonia
Boda de Marisa García y Harmut Amann, celebrada el día 11 de marzo de 1972 en Cuxhaven
photo_camera Boda de Marisa García y Harmut Amann, celebrada el día 11 de marzo de 1972 en Cuxhaven

Cuando abandonaron Vilanova, en la década de los 70, para tratar de abrirse camino lejos de España, apenas habían tenido tiempo de ir a la escuela. Hoy, Marisa García y Pilar Docampo intercalan palabras en alemán cuando mantienen una conversación y tratan de conservar los vínculos con su tierra natal aunque su proyecto de vida se haya fraguado en Cuxhaven.

Marisa García llegó el día 17 de octubre de 1970 a la ciudad de la Baja Sajonia. Tenía 17 años, circunstancia que no le permitía trabajar en alguna de las numerosas factorías conserveras. Una amiga le pidió ayuda para atender a los clientes en el bar del Centro Español durante las Navidades.

Quiso el destino que tuviese que atender una mesa en torno a la cual se encontraban varios clientes jóvenes. Uno de ellos le pagó las consumiciones. Y, además de entregarle el dinero, le dio una nota. Cuando finalizó la jornada quiso leerla, pero tuvo que buscar ayuda porque estaba escrita en alemán.

El autor de la misiva se llama Harmut Amann, que celebraba su 21 cumpleaños, y en la misma figuraba una dirección. Comenzaron a cartearse y el día 14 de febrero de 1972 se convirtieron en marido y mujer en una ceremonia civil a la que siguió otra de carácter religioso, que tuvo lugar el 11 de marzo, a petición de la familia de Marisa García.

Juntos vivieron el auge del movimiento ecologista, la transformación de Cuxhaven, donde los solares que ocupaban las factorías conserveras fueron ocupados por edificios y espacios públicos y también fueron testigos de la caída del Muro de Berlín.

Su proyecto de vida en común sigue plenamente vigente. Algún verano se desplazan hasta Vilanova, y el resultado de la relación entre ambos son tres hijos y el mismo número de nietos, todos ellos de padre vietnamita.

Como Marisa García, Pilar Docampo vivía en el barrio de San Pedro, conocido con el sobrenombre de Corea. Nació en A Vichona (Sanxenxo). Primero pidió puerta por puerta, y después se convirtió en sirvienta. Entre ambas etapas trabajó en una conservera y estrenó sus primeras zapatillas cuando tenía once años.

MANO DE OBRA. Trabajando en la mansión del propietario de una empresa de Vilaxoán, escuchó como su propietario le comentaba al capitán marítimo de Vilagarcía que Alemania necesitaba mano de obra. De inmediato se desplazó hasta el Consulado en Vigo.

Poco después se subió al tren en Redondela. Era el año 1959. El convoy se fue completando a medida que se desplazaba, y cuando llegó a su destino eran 3.500 los emigrantes que lo ocupaban.

Pilar Docampo trabajó en una conservera. La primera vez que fue a un baile, en compañía de varias amigas, se produjo un incidente. Un alemán intervino para que no las molestasen. Hoy es su marido. Tiene 76 años y su gestión hizo posible que sigan contando en Cuxhaven con un cura que oficia la misa en español.

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