Agresor a los porteros de Peinador: "Vosotros sois una mierda, extranjeros, a mí no me vais a cobrar"

Tres vigueses se enfrentan a posibles penas de 13 años de prisión por coser a puñaladas a los dos porteros de un conocido club de alterne próximo a Peinador bajo el pretexto de que los extranjeros no eran quienes para cobrarles la entrada. Una de las víctimas, de nacionalidad búlgara, sufre graves secuelas
Las agresiones se produjeron junto a los setos y la zona de aparcamiento
photo_camera Las agresiones se produjeron junto a los setos y la zona de aparcamiento

SEIS AÑOS Y MEDIO. Ese es el tiempo que ha tenido que transcurrir para que uno de los crímenes racistas más graves que se recuerdan en la provincia llegue a la Audiencia de Pontevedra. Tres individuos, vecinos de Vigo y conocidos por aquel entonces (finales de 2010) por su actividad sindical en el sector del metal, se sentarán el martes en el banquillo de los acusados de la ciudad del Lérez, acusados de intentar acabar con la vida de dos de los controladores de accesos del club Peinador, el establecimiento dedicado al alterne más conocido del área metropolitana de la ciudad olívica. Los procesados, que permanecieron en silencio durante varias semanas tras los hechos, se enfrentan a penas de 13 años de cárcel por los delitos de homicidio en grado de tentativa y lesiones, después de asestar varias puñaladas a los citados porteros, de nacionalidad búlgara, argumentando que no tenían que pagar la entrada "a los extranjeros en España".

Los hechos se produjeron en la madrugada del 23 al 24 de diciembre de 2010. Los procesados, F.J.V.V., alias Paqui y supuesto autor material de las puñaladas, A.E.F.M. y J.A.F.V. acudieron al club Peinador, ubicado en el término municipal de Mos, en compañía de al menos otro individuo que también fue investigado pero que finalmente quedó fuera de la acusación. Todos ellos tenían "la intención de acceder al interior del establecimiento sin abonar el precio de la entrada", según desvela la representante de la Fiscalía Provincial, Patricia Andreu, en su escrito de calificación provisional.

La Fiscalía incluye la circunstancia agravante de discriminación por motivos racistas para solicitar condenas de 13 años


Una vez allí "mantuvieron una discusión con uno de los porteros, que controlaba el acceso a la puerta principal del local, que le comunicó a J.A.F.V. que para entrar todos ellos debían abonar la entrada", añade la fiscal. Los procesados llegaron al establecimiento, según varias fuentes, bajo los efectos del alcohol, pues acababan de celebrar la cena de empresa con motivo de las fiestas navideñas.

En el momento en el que los tres acusados se hallaban en la zona de acceso al club, Paqui se dirigió al portero y le dijo, en tono amenazante, que "eran españoles, y que no tenían que pagar a los extranjeros en España ninguna entrada", a lo que añadió que "vosotros sois una mierda, cómo me vais a cobrar a mí, vosotros sois unos hijos de puta", según recoge textualmente el Ministerio Público en su relato de hechos.

En vista de lo que estaba sucediendo, uno de los porteros, V., sacó a F.J.V.V. hacia el exterior del establecimiento, "a lo que éste respondió propinándole una patada en el costado". El otro portero, A., "que había presenciado la discusión entre los clientes y su compañero", se dirigió al lugar. Entre ambos lograron sacar a todos los investigados hacia los exteriores, pero el asunto no finalizaría ahí. Al contrario. En ese momento comenzó todo.

"Pese a haber sido retirados de la zona, F.J.V.V. se dirigió de nuevo hacia el lugar en el que se encontraban los porteros, sacó un cuchillo y apuñaló a A., que logró quitárselo de encima retirándolo hacia los setos de la entrada del local", explica la Fiscalía.

A continuación, A.E.F.M. y J.A.F.V. sujetaron a los dos porteros para permitir que Paqui blandiese su puñal, según detalla la investigación pública. Primero acuchilló a A. y después, "con ánimo de atentar contra su vida, se acercó a V. y le propinó una puñalada a la altura de la cabeza, lo que provocó que cayese inmediatamente al suelo".


El autor material de los hechos se entregó varias semanas después en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra

A continuación, el presunto autor material del crimen se dirigió a A., que había logrado zafarse de los hombres que le sujetaban, "le sujetó y le asestó varias puñaladas". La víctima consiguió huir y ocultarse detrás de un vehículo, pero el acusado le perseguía al grito de "dónde estás, hijo de puta, te voy a matar". La mayor parte de la secuencia fue registrada por las cámaras de seguridad del establecimiento, que permitieron la posterior investigación de los agentes de la Guardia Civil de Pontevedra.

Poco tardó el autor de los hechos en encontrar el portero, que, malherido, recibió un cabezazo y varios puñetazos, quedando tirado sobre el asfalto.

LAS SECUELAS. Las dos víctimas sufrieron importantes lesiones tras lo sucedido. La primera de ellas necesitó 353 días para su curación y permaneció hospitalizada seis meses. Como secuelas, sufre deterioro de las funciones cerebrales superiores, monoparesia de un miembro inferior, cojera leve, atrofia en la musculatura de la pantorrilla y varias cicatrices, una de ellas de 33 centímetros, fruto de las puñaladas. "Tiene dificultades para el procesamiento de la información", además de que los problemas en las piernas le impiden "la realización de trabajos competitivos en el mundo laboral". La segunda víctima permaneció cuatro días en el hospital para la curación de múltiples heridas, aunque en su caso las secuelas no fueron tan graves: tres cicatrices de unos seis centímetros cada una.

La investigación posterior fue laboriosa, dado que ninguno de los sospechosos se entregó. Tres de ellos fueron arrestados en Vigo cuando se dirigían a una reunión sindical. El cuarto, F.J.V.V., se entregó en la Comandancia de Pontevedra dos meses y medio después de lo ocurrido.

La fiscal pide penas que suman 13 años de prisión para cada uno de los acusados (nueve por el delito de homicidio en grado de tentativa y cuatro más por el de lesiones), con la circunstancia agravante de discriminación racista. Además, deberán indemnizar con 40.000 euros a V. y con 5.000 a A., intereses aparte, y con más de 77.000 a Fremap, la aseguradora que se hizo cargo de los gastos médicos.

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