«Yo ya no estaba con él, sino quizá tampoco me hubiese salvado», dice su excuidadora

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POIO. Los hechos sucedidos el pasado domingo en la casa de Secundino Prego Amil incluyen varios datos que coinciden con el atraco registrado el 27 de noviembre en el domicilio del anciano.

En ambos casos, los asaltantes estaban encapuchados y entraron durante la noche tras romper la ventana de la cocina. Hace algo más de dos meses, habían amenazado de muerte al anciano y lo habían golpeado en el cráneo para que este les diese su dinero. Hace dos días, también lo golpearon en la cabeza, pero causándole la muerte.

En aquella ocasión, sin embargo, el octogenario estaba dentro de la casa junto a la mujer que se encargaba de atenderlo. Según habían relatado, mientras los asaltantes entraron al dormitorio del hombre y le propinaban una paliza, ella salió huyendo hasta la carretera PO-308 y pidió ayuda. Entonces, los ladrones habían escapado con una tercera persona que los esperaba en un coche, aunque después los tres fueron capturados por la Guardia Civil y dos de ellos fueron encarcelados.

La que por entonces era la cuidadora de Secundino explicó ayer que ahora ya no estaba con él.

«Después de lo que ocurrió en noviembre yo estaba muerta de miedo, así que no quise saber nada más. Secundino estuvo una semana en mi casa, porque no quería volver a la suya, ya que también estaba muy asustado, pero luego yo ya no lo quise seguir atendiendo y creo que se marchó para la vivienda de su hermano», explicó esta.

La mujer, de nombre Rosalina, añadió que se enteró de lo ocurrido el pasado domingo ayer por la mañana.

«A las nueve de la mañana me llamó una vecina de Secundino para contármelo y luego me llamó el hijo de él, así que a media mañana me acerqué por allí, porque al fin y al cabo pasé varios años atendiéndolo y lo que sucedió me ha dejado muy afectada».

Según manifestó, «es posible que si todavía estuviese con él, yo tampoco me hubiese salvado».

«Posible conexión»

En palabras de la excuidadora, «yo creo que los dos sucesos, el de noviembre y el de ahora, tienen conexión. Yo estuve atendiendo al anciano cuatro años. Dormía en su casa, y durante una temporada viví allí permanentemente, y nunca sucedió nada: ni ningún robo, ni nada. Y ahora en poco más de dos meses lo atracan dos veces y de esta manera. Es demasiado extraño, creo yo».

La Guardia Civil no confirma este hecho y sigue investigando para esclarecer si los dos sucesos guardan relación.

Por otra parte, Rosalina indicó que Secundino Prego «invitaba a mucha gente a su casa, incluso aunque no tuviese confianza con ella o apenas la conociese. De hecho, yo a veces me enfadaba con él y me marchaba, pero luego él me llamaba de vuelta».

Así, en el suceso del pasado noviembre se supo que dos de los detenidos habían contactado días antes con el octogenario y se habían ganado su confianza y, en una visita a su domicilio, aprovecharon para apoderarse de su cartilla bancaria y, tras falsificar su firma, llegaron a retirar 1.200 euros de su cuenta.

«Hay vecinos que hasta se preguntan cómo es que esta desgracia no pasó antes», indicó ayer la que había sido su cuidadora.

Por su elevada edad, Secundino podría ser un hombre fácil de engañar y, además, «no tenía una gran movilidad para poder escapar», precisó la mujer. «Eso sí, era muy miedoso».

«En la otra ocasión, si no estoy yo allí, lo hubiesen matado y, al final, lo mataron igual», manifestó ayer Rosalina.

Yo pasé cuatro años con él y nunca había sucedido nada y, ahora, en poco más de dos meses lo atracan dos veces. Me parece muy raro»

En noviembre del año pasado, si no estuviese yo allí, puede que lo hubiesen matado y, a final, lo mataron igual»

Secundino Prego Amil en noviembre de 2013, después de sufrir otro atraco en su casa. david freire. archivo

Hace algo más de dos meses

Secundino había dicho: «Se non chega a ser por Rosiña, estaría no cemiterio»

En el mes de noviembre, después de ser asaltado en su domicilio, Secundino Prego Amil expresaba su miedo por volver a sufrir un suceso parecido.

En una noticia publicada por Diario de Pontevedra, el hombre de 84 años explicaba entonces que «se non chega a ser por Rosiña (como llamaba a su cuidadora), hoxe estaría no cemiterio».

Hace algo más de dos meses, el anciano había tratado de refugiarde de sus asaltantes encerrándose en su dormitorio. Sin embargo, los dos atracadores consiguieron romper la puerta dádonle golpes y entraron a la habitación. Allí, tiraron al octogenario al suelo y empezaron a propinarle patadas y a pedirle el dinero. También le dieron un fuerte golpe en la cabeza con una silla.

Entonces, Secundino sufrió múltiples traumatismos, pero consiguió salvar la vida. En esta ocasión, corrió peor suerte.

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