Análisis del panorama portuario de la provincia: "Estamos condenados a entendernos"

La escalada de competencia entre los puertos de Vigo y Marín preocupa al sector armador y de la estiba, que considera que se ganaría en efectividad impulsando sinergias entre las radas y creando un centro logístico más potente que pueda hacer frente a Leixões y Rotterdam

Estibadores ayudando en las tareas de amarre del Maersk Pembroke a su llegada al Puerto de Marín. J. CERVERA-MERCADILLO (ARCHIVO)
photo_camera Estibadores ayudando en las tareas de amarre del Maersk Pembroke a su llegada al Puerto de Marín. J. CERVERA-MERCADILLO (ARCHIVO)

El libre mercado genera competencia. No es ningún secreto, son las normas de juego de un sistema económico en el que sobrevivir pasa por ser el que mejores ofertas plantea a una demanda ávida de buenos resultados. El sector portuario no es ajeno a esta condición y añade una serie de exigencias propias de su actividad que las empresas asentadas en los puertos de interés general del Estado deben cumplir, y que básicamente tienen que ver con la rapidez y la efectividad.

Galicia cuenta con cinco radas estratégicas para el conjunto del país, que la convierten en una de las autonomías más relevantes en el negocio marítimo, con conexiones muy atractivas para las navieras que mueven mercancías de un punto a otro de la geografía mundial, pero también existen otros lugares de la Península y de Europa con aptitudes más que suficientes para atraer a esos tráficos transoceánicos que tanto condician las autoridades portuarias gallegas.

Sin embargo, lejos de crear un frente común, los puertos autonómicos están enfrascados en la competencia interna, algo que ve con preocupación el sector armador. Una de las luchas más visibles es la establecida entre el Puerto de Marín y el de Vigo, catapultada al ruedo público desde que Maersk decidió abandonar la ciudad olívica y trasladar parte de sus líneas a la infraestructura de la ría de Pontevedra, una decisión con la que el presidente de la Autoridad Portuaria viguesa, Enrique López Veiga, siempre ha sido muy crítico. Aunque los nombres de otras navieras, como el caso de MSC, planean sobre Termarín, hasta la fecha no se ha absorbido ningún tráfico a mayores de los aportados por el gigante danés.

El presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi), Javier Touza, es una de las voces que advierte del peligro que supone que Marín y Vigo estén enzarzados en "una trifulca". "Desde mi punto de vista, estamos condenados a entendernos. Creo que las sinergias que se podrían producir si actuásemos de manera coordinada entre ambas radas podrían ser muy importantes. Soy de los que piensan que dos más dos son cinco, no cuatro", expresa Touza, que pone de relieve la cantidad de intereses, empresas y clientes que son comunes para ambos organismos.

El presidente de Arvi pone el foco de atención en la carrerilla que están cogiendo otros puertos como Leixões o Rotterdam, "nuestros verdaderos competidores". La rada portuguesa ha experimentado un crecimiento muy llamativo en lo que respecta a la pesca congelada que se mueve a través de contenedores, que actualmente es la mercancía más importante para Vigo, junto con la automoción, por lo que su fuga no es una buena noticia.

RACIONALIZACIÓN. Son varios los factores que influyen en la pérdida de competitividad de la ciudad olívica con respecto a Leixões, entre los que Javier Touza destaca el encallamiento de la burocracia derivada de los controles sanitarios, que hacen desaparecer el just in time que tanto imploran las navieras.

"A día de hoy, el tiempo de espera de la mercancía una vez que llega a puerto es prioritario, mucho más que el coste de estar conectado a frío, por ejemplo. Tenemos que conseguir una interpretación de las normas comunitarias más acorde a la de otros puertos. Las empresas quieren un servicio rápido", declara. De ahí que Touza considere esencial que Galicia se refleje en el espejo del país luso y apueste por una racionalización de las administraciones: "Lo que están haciendo en el norte de Portugal es fusionar autoridades portuarias y con ello han conseguido un crecimiento de tráfico de contenedores enorme".

UN HUB MARÍN-VIGO. Para el presidente de Arvi, la costa pontevedresa es uno de los lugares en los que mejor se podría poner en práctica una fórmula similar o, al menos, una política mucho más colaboracionista. "Nosotros tenemos un complemento dentro de la misma provincia, a 30 kilómetros de distancia, con los mismos intereses y usuarios y con buenas conexiones por autopista".

Touza propone la creación de lo que se conoce en el gremio como un HUB, es decir, un centro logístico que integre las áreas de influencia de las autoridades portuarias marinense y viguesa "para hacernos más fuertes". "En Vigo y su zona tenemos unos 850.000 metros cúbicos de capacidad instalada, por eso es el centro mundial de la pesca. Si le añadiésemos los recursos de la zona de Pontevedra, aún lo sería mucho más. Si no luchamos por erigirnos como un referente a nivel logístico, otros lo acabarán siendo porque ya nos están llevando ventaja".

La pregunta del millón reside en quién debe dar el paso para que la competencia se traduzca en colaboración. Interpelado por si deben ser las consignatarias o las autoridades portuarias las que impulsen ese cambio, Touza defiende que a estas alturas "las iniciativas deben ser de abajo a arriba", es decir, es a los armadores, "que somos los que pagamos el servicio", a los que les corresponde "transmitir estas inquietudes".

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