Cuando uno quiere cambiar el armario del salón, cubrir fotográficamente su boda o buscar una empresa de autobuses para desplazar a los invitados de una comunión siempre hace lo mismo: preguntar a alguien de confianza. Las recomendaciones que se hacen boca a boca han sido y siempre serán la mejor estrategia de marketing para una empresa, sea cual sea el tiempo que esta lleve sobre el tablero de juego de los negocios.
Sin embargo, no siempre es fácil darse a conocer para poder entrar en el círculo de influencia de una zona geográfica concreta. De la necesidad de hacerlo más fácil nació BNI, una organización que lleva 33 años funcionando, que está presente en cerca de 73 países y cuyo objetivo principal es el de entablar relaciones entre las diversas empresas de un lugar determinado, "para que puedan establecer nexos de colaboración", tal y como precisa la directora ejecutiva de la entidad a nivel gallego, Susana Gómez. Así, se crean grupos de trabajo que se reúnen todas las semanas para ir tejiendo lazos de negocio.
En la autonomía hay 27 grupos como estos, "y otros seis en proceso de constitución", conformados por cerca de 1.000 empresas, entre las que hay desde grandes grupos, como PSA-Citröen, Abanca, o Dismar (la constructora del Puente de Rande), hasta autónomos recién iniciados en su actividad económica.
LA FUERZA DE LA COMARCA. El BNI llegó a O Morrazo el 4 de abril del pasado año. Se inauguró en Bueu, en el Pazo de Santa Cruz. Según explica el presidente del grupo y también empresario, Borja Brun, esta delegación nació como respuesta "a una búsqueda de un equipo de profesionales con inquietudes, que quisieran mejorar en sus negocios".
Parece que los objetivos se están cumpliendo casi a pasos agigantados. La pasada semana, el grupo celebró su reunión número 46 y con las relaciones establecidas en este tiempo y las nuevas oportunidades que se han abierto a base de conocerse de forma personal entre empresarios "hemos conseguido llegar al medio millón de euros de facturación", una cifra nada desdeñable y que certifica que el sistema funciona. En esa línea se expresa Gómez, que apunta a la diferencia que hay a la hora de entablar una posible colaboración empresarial "si ves un tríptico o una página web a si te reúnes todas las semanas con la persona que ha impulsado la empresa o que trabaja activamente en ella".
Hasta el momento, BNI-Rande está conformado por 27 firmas. Algunas de ellas tienen sede en Pontevedra o incluso en Vigo, pero tal y como subrayan tanto Brun como Gómez, es importante que los integrantes sean de un área geográfica cerrada, porque en caso de necesitar contactos fuera se puede acudir a otras delegaciones. "El grupo se ubica en un área determinada para favorecer la participación en las reuniones, pero si formas parte de un grupo y vas a hacer una obra en Portugal y necesitas a un ingeniero que te prepare un papel, se puede contactar con la unidad lusa para que te lo tramite", explica Gómez. Es decir, que la tela de araña de relaciones se puede estirar hasta donde el BNI tenga influencia.
Una de las peculiaridades es que no pueden coincidir en un grupo dos empresas del mismo sector, para que no compitan entre ellas y se cumple el objetivo de que funcionen como una sola empresa, en la que cada integrante cubra el puesto de un departamento. A mayores, solo hay un requisito para entrar a formar parte de la familia del BNI-Rande: "Tener capacidad y ganas de crecer. Aquí uno no viene a estancarse", sentencia su presidente.
Además, el grupo permite al participante crecer "como persona y como empresario, porque en BNI nos enseñan cómo mejorar la gestión de nuestro negocio". Pero las reuniones también han llegado a ser el germen de la creación de nuevas empresas por iniciativa de dos integrantes que han decidido crecer de la mano, aunque estas sinergias nacen más a largo plazo.
