El 15 de febrero de 2022 el arrastrero Villa de Pitanxo se hundió en la posición 46º50'26''N 46º39'18''W, a unas 250 millas al este de San Juan de Terranova, en Canadá. Así lo especifica el informe provisional publicado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) el pasado mes de febrero y allí se encuentra, en unas coordenadas próximas, el Ártabro, el OSV de ACSM Shipping de 90 metros de eslora al que le han encomendado la tarea de localizar e inspeccionar el pecio del buque marinense. A última hora de este martes se encontraba trabajando en las coordenadas aproximadas 46º44'48''N 46º41'33''W.
El buque partió el pasado viernes, 26 de mayo, del puerto de San Juan de Terranova tras recoger a los dos peritos que no habían embarcado en Vigo —rada de origen del Ártabro— y comenzó su búsqueda el día siguiente, el 27 de mayo, cuando se acercó a la zona donde se había hundido el Pitanxo más de un año atrás. Desde entonces, al establecerse un área diaria de búsqueda de 25 kilómetros cuadrados, el Ártabro ya habrá recorrido más de 50.

Tras acercase a las coordenadas donde la radiobaliza del arrastrero marinense emitió una señal por última vez, el OSV vigués realizó varios recorridos en zigzag, haciendo uso del sonar de barrido lateral con el que está equipado, que le podrían haber permitido detectar restos y elementos del barco hundido. Se desconoce el resultado de la búsqueda, ya que desde el inicio de las operaciones la información "es totalmente confidencial", según indicaron desde ACSM Shipping a este mismo medio, al tratarse también de una cuestión judicializada.
Con respecto a la ubicación exacta del pecio —hundido a unos mil metros de profundidad—, hay que tener en cuenta que, después de un año, los restos de la nave podrían haberse desplazado por el lecho marino a raíz de las corrientes y otros factores.
Cabe recordar que la Ciaim estableció siete días dedicados a la búsqueda, por lo que el Ártabro se habrá acercado ya al ecuador de sus trabajos de localización. Una vez hallado, el OSV tendrá un plazo de ocho días para la inspección marina, donde entrarán en juego los ROV que permitirán acercarse al esqueleto del arrastrero de Grupo Nores y sacar conclusiones de lo que ocurrió en la madrugada del 15 de febrero.
Las operaciones deben ejecutarse en un período máximo de 25 días, en los que se incluyen diez jornadas de inoperatividad por mal tiempo. También se ha establecido un plazo de 16 días para el tránsito de ida y vuelta a la zona del hundimiento. Una vez se localice el Pitanxo y se inspeccione con robots submarinos, el barco regresará al puerto vigués antes de julio, "previsión que podrá ir variando en función del desarrollo de las operaciones".
La bajada al pecio del Villa de Pitanxo fue finalmente adjudicada por 3,45 millones de euros —IVA incluido—. La operación pretende servir como apoyo a la investigación del naufragio que, de manera paralela, están llevando a cabo la Ciaim y la Audiencia Nacional, por lo que la expedición debe contar con la intervención de los peritos judiciales, el de parte y de la propia Comisión.