Con veinte ediciones a la espalda, la tradicional Festa do Polbo de Bueu no celebrará este año su vigésimo primera edición. La crisis sanitaria ha obligado a sus organizadores a cancelar la celebración que cada año atraía a la villa a centenares de personas dispuestas a degustar el producto estrella: el pulpo.
Las consecuencias de perder la celebración se notarán especialmente en el tejido empresarial del municipio. "A festa tiña unha repercusión moi grande", explica la concelleira de Turismo, Silvia Carballo, "non só na hostelería que participaba nela, senón en todo o pobo porque a xente viña e se quedaba durante todo o día e mesmo había algúns que viñan pasar uns días".
"Terá unha repercusión económica, pero evidentemente este ano non era factible facer unha festa desas dimensións". El carácter gastronómico del evento, con un aforo de cerca de 800 personas cada año, es precisamente el mayor inconveniente, "sería imposible cumprir con todas as seguridades".
PUESTA EN VALOR. Para paliar el efecto negativo que supondrá económicamente, Carballo explica que se llevarán a cabo diferentes actividades en relación con la celebración para potenciar el principal objetivo de la fiesta: promover y poner en valor el pulpo de la localidad. "Bueu é mar, e nós non nos podemos entender sen a nosa cultura mariñeira".
Con el objetivo de dar un impulso a la hostelería del municipio, el Concello prepara para el mes de octubre una campaña de promoción del pulpo buenense en la restauración de la villa. "Con ello intentamos valorar el producto, que é o gran motivo polo que se fai esta festa, e reactivar a economía igualmente".
Otra de las actividades que se llevará a cabo tendrá lugar este viernes con una charla en colaboración con la Cofradía de Pescadores de Bueu, quienes organizan cada año la festividad junto al Concello. Las jornadas correrán a cargo del patrón mayor de la cofradía, José Manuel Rosas, quien destaca que, afortunadamente, la cancelación de la fiesta no tiene una gran repercusión en la venta del cefalópodo.
"Por suerte el pulpo tiene mucha demanda, no hay un descenso de venta, pero sí un descenso de capturas, pero no porque no tengamos clientela". Sin embargo, los efectos de la crisis sanitaria sí se notan, "con la situación de la covid-19, la gente aquí ya no compró, lo que demuestra que el producto de la fiesta es de la zona". Los efectos se encuentran sobre todo en la restauración, explica Rosas, "han comprado, pero no las cantidades que compraban cuando había fiesta".
Uno de los aspectos en los que más va a incidir la suspensión de la fiesta es la falta de promoción del productor local y de ahí que Rosas anime a todo el mundo a consumirlo.
"Hay que adaptarse a los nuevos tiempos", destaca el patrón mayor de Bueu, que han tenido que resignarse a la no celebración de la fiesta al no poder cambiar su ubicación.
