Jordi Lauren: "El camino no ha sido fácil, pero sí muy satisfactorio"

La 17º edición del Festival SonRías Baixas llega a Bueu el primer fin de semana de agosto. Un año más, se prevé que el evento sorprenda a los más de 21.000 asistentes que se prevé que asistan

Jordi Lauren. DP
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El cofundador, coorganizador y director artístico del festival SonRías Baixas, Jordi Lauren, lleva toda una vida dedicándose a la organización de festivales. Su experiencia abarca la dirección de empresas, fundaciones y asociaciones del ecosistema cultural. Además, es director de PlayPlan, empresa promotora del Festival SonRías Baixas, en Bueu. También es el representante de la asociación de Festivais de Galicia.

¿Cómo nació el festival?
El SonRías Baixas surge de la transformación de un evento gratuito y de un formato mucho más pequeño que, poco a poco, ha ido creciendo y pasando de los 1000 asistentes a los 22.000 actuales. La idea inicial realmente era ofrecer conciertos como alternativa al modelo de orquestas y música enlatada, pero con el paso de los años el concepto se ha ido transformando hacia un festival que promueve más el concepto experiencial y muy vinculado al territorio. Ya no sólo hablamos de una sucesión de conciertos, sino que un festival es realmente una evento social en el que confluyen conceptos tan diversos como la educación, el turismo, la economía, el empleo, la gastronomía o la cohesión social.

¿Cómo fueron sus inicios trabajando para el festival?
Los inicios del festival los recordamos con mucha nostalgia. Las raíces son muy importantes para entender lo que el SonRías Baixas es hoy en día. El evento comenzó llamándose ‘Troula na Banda’ y realmente fue un concepto gratuito y ‘amateur’ que, a pesar de ser una experiencia fantástica, era un modelo que no podía tener continuidad por el enorme riesgo que asumíamos como asociación en muchos sentidos, pero sobre todo legales y económicos. Con el paso de las ediciones, algunas de las personas vinculadas al festival nos fuimos formando y dirigiendo nuestra carrera profesional hacia el mundo de la gestión cultural y musical y esto permitió llegar donde estamos hoy en día.

La resolución de problemas y los recursos humanos son, quizás, las dos de las tareas que más tiempo nos ocupan

¿Cuántos años lleváis haciendo el festival?
Aunque parezca increíble, llevamos celebradas 16 ediciones y cada una de ellas ha permitido al SonRías Baixas ser lo que es ahora. El camino no ha sido fácil, pero sí muy emocionante y satisfactorio. Logramos una atmósfera increíble con el entorno y atender en una población como Bueu a más de 21.000 asistentes; eso sólo se logra con la implicación de instituciones, comercios, hostelería, etc. El verdadero reto siempre ha sido provocar las sinergias necesarias público-privadas para que el SonRías Baixas sea posible. +

¿El festival se celebró todos los años o hubo algún año en el que no se pudo celebrar?
El 2014 tuvimos que cancelar el festival unos días antes de su celebración, por culpa del temporal. Y el año siguiente tuvimos que emplearlo en recuperarnos del golpe. Retomamos en 2016, con energías renovadas.

¿Cómo es el proceso de creación del cartel?
Pues un verdadero reto, la verdad. No es solo competir con muchos otros festivales que optan a contratar artistas del mismo ‘target’, sino que la competencia con las administraciones públicas es una batalla desigual. A cualquier alcalde le gustaría tener en sus fiestas a los artistas de moda o un festival propio, pero no se paran a pensar que eso distorsiona mucho el mercado y confunde al público. El leitmotiv sobre el que gira nuestra selección musical es el carácter festivo y multicultural de las propuestas.

¿Cómo conseguís coordinar todo el festival?
Trabajando mucho y cada año implicando a más actores en el organigrama del festival. Durante un SonRías Baixas pueden llegar a pasar unos 400 trabajadores y trabajadoras, además, de perfiles muy diversos. La coordinación entre empresas, proveedores, trabajadores, instituciones, marcas, artistas… es muy compleja, pero la experiencia en la gestión de grandes equipos cada vez es mayor.

¿Alguna vez surgió algún problema?
Por supuesto que sí y la verdad es que muchos. Incluso me atrevería a decir que raro es el día en el que no surgen problemas. Algunos de gran calado y otros pequeños, pero pueden resultar críticos. La resolución de problemas y los recursos humanos son, quizás, dos de las tareas que más tiempo nos ocupan y, desgraciadamente, a veces no nos permiten dedicar lo suficiente a la parte de gestión y planificación.

"Intentaremos volver a sorprender con el cartel, no nos gusta encasillarnos demasiado"

¿Alguna anécdota del festival que quiera contar?
Anécdotas muchísimas, pero quizás debido a la nostalgia me quedo con un momento que fue mágico para nosotros. El primer concierto fuera de Cataluña de La Pegatina fue con nosotros en Bueu y la cosa terminó de una manera surrealista. Terminamos haciendo una procesión nocturna detrás de la guitarras y los cantos de Rubén, Adriá y Ovidi hacia la discoteca del pueblo. Entramos, apagamos la música, pusieron a la discoteca a cantar sus canciones como si no hubiese mañana durante 10 minutos y cuando pedían «otra, otra» todos nos marchamos fuera como si nos fuésemos con la procesión a otra parte. Fue grandioso y aún lo recordamos con ellos a menudo.

¿Qué novedades se incorporan este año en el festival?
La idea es profundizar cada vez más en el concepto de ‘Destino SonRías’ y trabajar toda la experiencia que demandan las personas que asisten a un festival. El SonRías este año colaborará en la promoción y generará contenidos en torno a la ‘Festa do Tinta Femia’ y la ‘Festa do Polbo’ de Bueu.

¿Por qué se eligió Bueu como destino para celebrar el festival?
Realmente, tanto el evento como las personas que lo organizamos somos de Bueu. Además, la conexión con el territorio del evento es uno de los ejes sobre los que gira todo. Sería un SonRías Baixas distinto si nos lo imaginamos en otro lugar.

¿Qué consejos le darías a los asistentes?
Sobre todo que disfruten, que hagan nuevas amistades y que se dejen llevar, porque durante tres días nos vamos a encargar de generar la atmósfera para que todos lo pasemos en grande.

¿Ya se sabe algo del festival del próximo año?
Estamos trabajando en ello, pero intentaremos volver a sorprender con el cartel, no nos gusta encasillarnos demasiado y es muy probable que en el 2020 demos que hablar en este sentido.

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