El comedor social de Marín continúa alimentando a más de 80 personas al día

El menú, aunque variado, ha cambiado para ajustarse a las nuevas circunstancias y la comida se elabora ahora siempre para llevar
La cocina de las instalaciones del comedor social. B.N.
photo_camera La cocina de las instalaciones del comedor social. B.N.

El municipio marinense cuenta con un único comedor social. Ubicado en la Rúa Fondo do Saco, en las dependencias de la comunidad de las Hijas de la Caridad, este servicio social atiende a cerca de un centenar de personas cada día. Ahora, durante la crisis que la Covid-19, los fogones de la cocina no paran y la asistencia no ha disminuido tampoco.

El comedor social atiende normalmente a alrededor de 80 personas diarias, a las que les ofrece un plato de comida caliente, una merienda y, en algunos casos, cena y desayuno también. Diez voluntarias son las encargadas de mantener el servicio en pleno funcionamiento con dos cocineras que trabajan a tiempo completo. Ahora, dada la situación, el método ha tenido que variar pero el número de personas y familias que acuden, no ha disminuido.

"Si se ponen a la cola, se les da de comer", explica la secretaria y responsable económica María del Carmen Dapena. Y es que, a pesar de que sí han notado que algunos de los usuarios habituales han dejado de acudir, media docena de personas que no habían pasado por las instalaciones antes han comenzado a venir y, como a los demás, se les da de comer. Las familias que acudían para recoger las bolsas de socorro continúan también haciendo uso de este servicio durante el estado de alarma.

EL MENÚ, EN BOLSA. El menú se elabora para llevar y siguiendo una dieta variada como la que ofrecen con regularidad en circunstancias normales. La comida se ofrece ahora en bolsas, que se llenan con dos bocadillos, uno de algún tipo de receta elaborada caliente y otro con embutido o algún tipo de producto frío. Además, se incluye también leche y galletas para desayunos.

El objetivo es impedir ofrecer comidas en el lugar y mantener así a todo el mundo a salvo. "O comedor social mantivo desde o primero momento o seu funcionamento porque consideramos que a súa labor é precisamente máis necesaria ca nunca nestes momentos", destaca la concelleira de Benestar Social, Marián Sanmartín. "O que se fixo foi adaptar o seu funcionamento ás novas normas de prevención e hixiene".

Dapena por su parte asegura también que están recibiendo un gran apoyo por parte de las instituciones públicas. "Nos sentimos arropados", señala, ya que desde el primer momento han contado con el apoyo del Concello. "Puxemos a disposición do comedor durante a hora de recollida a axentes da Policía local ou a voluntarios de Protección Civil para que controlen que se cumpren as distancias esixidas na cola e todas as medidas de prevención de contaxios, explica Sanmartín. También cuentan con la colaboración de la Xunta de Galicia, explica la secretaria del lugar, que está también en contacto continuo con la organización.

MENOS TRABAJADORES. Sí han reducido la cantidad de personas que diariamente trabajaban allí y que, en su mayoría, pertenecen al grupo de riesgo por su avanzada edad. Por ello, ahora tan solo cuentan con seis voluntarios y dos cocineras.

Una labor que desde el Concello agradecen. "Non podemos agradecer toda a labor que están desenvolvendo os voluntarios, tanto do comedor, como do resto das ONG locais, que seguen traballando para que ninguén estea desatendido durante esta crisis", destaca la concelleira Marián Sanmartín.

En cuanto al abastecimiento de productos Dapena asegura que no han tenido ningún problema en las últimas semanas. Los supermercados que habitualmente les abastecen, continúan haciéndolo y no han notado la falta de ningún producto.

El comedor social no ha parado su actividad en ningún momento desde la década de los 80 y se mantiene gracias a la labor de sus voluntarias y de los donativos que recibe tanto de vecinos como de instituciones públicas.

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