¿Cómo funcionan los semáforos de las playas de Marín?

Desde este jueves, todas las playas de Marín (Portocelo, Mogor, Aguete y Loira) lucen unos semáforos físicos de control de aforo, que complementan a los virtuales que ya se podían consultar hace unas semanas. Este software actualiza los datos a tiempo real.
Un turista fotografía el semáforo instalado en la playa de Portocelo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Un turista fotografía el semáforo instalado en la playa de Portocelo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Los concellos de costa han tenido que emplearse a fondo para buscar un método viable a la hora de controlar el aforo en sus playas, ya que la situación que se está viviendo por la pandemia de la covid-19 así lo requiere. Mientras que unos ayuntamientos han restringido el acceso a los turistas o han limitado por zonas los arenales, en Marín han optado por la modernización tecnológica.

Hace unas semanas, el Gobierno local marinense anunció la creación de una plataforma a través de la página web del propio Concello en la que se podía consultar el aforo de las playas a través de un semáforo virtual que alcanzaba cuatro niveles: bajo, medio, alto y completo.

Ahora, un mes después, la localidad marinense ya puede presumir de contar con semáforos físicos en las playas, que suscitaron mucha expectación por parte de los turistas y vecinos. Estos luminosos son otras forma de consulta de aforo, que sigue las mismas directrices que la virtual, pero tan solo con tres niveles: verde, ámbar y rojo.

Jorge Cajiao, desarrollador de The Lab&Co, empresa escogida para diseñar este sistema de control de aforo, explica que la decisión de establecer unos semáforos físicos vino motivada "porque no todo el mundo tiene un móvil con acceso a Internet o no está habituado a consultar a través de esas plataformas. Para facilitar el acceso a la información se decidió montar los semáforos físicos".

Pero, ¿realmente hay alguna diferencia entre los físicos y los virtuales? No. Cajiao incide en que "la información se recoge desde el mismo punto. No hay ninguna diferencia. La única que podría haber es que tiene tres luces en vez de cuatro como se podían ver en el virtual".

La información que se vuelca en los semáforos físicos se recaba a través de un ordenador de visión artificial y mapa de calor

La web muestra dos saltos intermedios, mientras que aquí se unifican en el color ámbar típico de los semáforos de tráfico. Estos luminosos playeros están directamente conectados con el servidor y se van adaptando a la misma información que recibe la plataforma disponible en la del Concello.

"Con esto no controlamos la gente que entra, sino la que está dentro de la playa", señala el desarrollador. Mientras que en algunos lugares han optado por controlar el aforo según la gente que entra, en Marín se utiliza un sistema de mapa de calor a través de un ordenador con visión artificial para controlar lo que pasa dentro de las playas. Posteriormente esa información se vuelca tanto en la web como en el semáforo.

Con este método se controla por zonas los diferentes arenales de la localidad marinense y se observa en qué lugar de cada playa se concentra más gente. "Ese mapa es dinámico y se va actualizando según la gente que está en cada una de las zonas", que en cada playa es diferente. Por ejemplo, la de Aguete tiene 29, mientras que la de Portocelo, que es más pequeña, tiene nueve. "Es mucho más práctico, ya que en playas como Aguete te sirve para saber en qué zona del vial aparcar", apunta Jorge Cajiao.

La disposición que tiene el vial de playas de Marín facilita la consulta de información. Por ese motivo, "también se montó la pantalla LED. Ahí se ven los cuatro semáforos juntos y pueden decidir antes de llegar a dónde vas o si te quedas en una terraza a tomar algo. Damos la mayor información posible", destaca Cajiao.

Una aplicación 'made in' Marín
The Lab&Co fue la empresa escogida por el Concello de Marín para desarrollar el software de control de aforo de las playas. La entidad, con sede en la localidad marinense, suele trabajar constantemente con el Concello. De hecho, "nos pidieron consejo sobre todo esto cuando empezó lo del estado de alarma", explica Jorge Cajiao.

Y es que The Lab&Co tiene un core de negocio que se centra sobre todo en la trazabilidad, que es el mismo sistema que se utiliza en el control de las plagas. "Trabajamos en el sector de la alimentación. Tenemos unos sistemas funcionando que a través de visión artificial hacemos conteos, sobre todo en el sector de la pesca", explica Cajiao.

La empresa se centra, por ejemplo, en el conteo del pescado que entra en los barcos. Los sistemas que define la entidad permite que el comprador de pescado, sea una gran superficie o un particular, sepa que "lo que está comprando cumple con todos los certificados, que se pescó de forma sostenible, cuándo se pescó, cómo y en qué condiciones".

Además, la empresa marinense también trabaja para astilleros con proyectos de trazabilidad y seguridad. "Le damos un dispositivo a cada trabajador y cuando entran en el astillero podemos saber dónde está y tenerlo controlado". Además, también existen sensores que, en caso de emergencia o accidente, la empresa "pueda saber cuál fue la última localización del operario e incluso si tiene pulso".

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