La crisis sanitaria es una dificultad añadida para los pacientes de cáncer

Adicam, con base en Cangas, atiende telefónicamente a las personas diagnosticados de cáncer de mama y ginecológico y pone en marcha un nuevo servicio durante la cuarentena para la ciudadanía
Una mujer utilizando su teléfono móvil. JAVIER CERVERA - MERCADILLO (ADP)
photo_camera Una mujer utilizando su teléfono móvil. JAVIER CERVERA - MERCADILLO (ADP)

"Para nosotros lo más importante desde el minuto uno fue poder ofrecer los servicios de las psicólogas no solo a las personas diagnosticadas, sino a la población en general", explica María Martínez, trabajadora social de la Asociación de Diagnosticad@s de Cancro de mama e xinecolóxico, Adicam. Durante el confinamiento además de continuar con la atención a sus pacientes, han ayudado a más de 20 personas con su servicio especial para la ciudadanía y continuarán haciéndolo hasta que vuelva la normalidad.

El equipo de Adicam, con base en Cangas, está formado por dos psicólogas que ofrecen ayuda gratuita a todas las pacientes diagnosticadas, así como a sus familiares. Durante el confinamiento han mantenido el contacto con todos ellos y les han atendido vía telefónica.

LOS EFECTOS. Uno de los efectos que más se ha repetido en los pacientes tratados durante estos meses ha sido la ansiedad, aunque Vanesa Parada, una de las psicólogas de la asociación, recuerda que "siempre está presente". "Cuando te dan una fecha, ya sea para una operación o para comenzar con la quimioterapia, estás deseando siempre que empiece pronto para poder acabar cuanto antes".

"Nos decían que animásemos a la gente para que acudiesen al médico y no abandonasen los tratamientos" 

Sin embargo, con la crisis sanitaria alguno de estos procedimiento han tenido que retrasarse y las pacientes se han visto obligadas a sufrir una nueva espera que no se contemplaba antes. "Para una persona que está pasando por esa situación es complicado ver que se va a alargar", explica Parada.

HOSPITALES. Esta circunstancia se suma a otros inconvenientes derivados de la crisis, como acudir a los hospitales, el principal foco de contagio. "Si la situación es ya difícil de por sí, esto solo lo complica más".

"Provoca grave angustia entre los pacientes", señala la psicóloga. Y es que también han surgido dudas acerca de la posibilidad de continuar con los tratamientos o poder acudir a los centros sanitarios y, en caso de poder hacerlo, si era seguro para ellas.

"Muchos pacientes no podían ni salir a hacer la compra y han tenido que pedir ayuda a familiares"

Por ello, han mantenido un contacto directo con los profesionales que "ante todo nos decían que animásemos a la gente para que acudiesen al médico y no abandonasen los tratamientos o para nuevos diagnósticos que pudiesen darse estos meses", explica María Martínez.

El riesgo, sin embargo, es mucho mayor para los pacientes de cáncer porque son inmunodeprimidos, explica la psicóloga. "Muchos de ellos no podían ni salir a hacer la compra y han tenido que pedir ayuda a familiares".

"Me he encontrado con muchos casos de ansiedad entre personas no diagnosticadas"

Adicam ha continuado durante la cuarentena ofreciendo sus servicios habituales como la entrega de pañuelos o pelucas. "Hay gente que ha sido diagnosticada en estos meses" y que ha tenido que adecuarse a su nueva situación en medio de la crisis. "Cambian las prioridades, cuando todos estábamos hablando de la crisis, ellos estaban enfrentándose a su nueva situación".

AYUDA A LA CIUDADANÍA. La angustia por vivir una situación desconocida se ha vivido no solo entre los pacientes de cáncer. "Me he encontrado con muchos casos de ansiedad entre personas no diagnosticadas", explica la psicóloga.

Las dos profesionales con las que cuenta la asociación no solo han mantenido el contacto con todos su pacientes, sino que abrieron un nuevo servicio durante el confinamiento ofreciendo asistencia psicológica a toda la ciudadanía que lo solicitase.

"Al principio la gente tenía miedo a quedarse en casa y después, ocurrió a la inversa, la gente tenía miedo a salir"

Muchos de los casos tratados pertenecían al colectivo de personas mayores, explica la trabajadora social y, en ocasiones, lo único que se pedía era compañía y apoyo. También se han encontrado con familiares de víctimas de la covid-19 donde se les ha acompañado en el duelo de forma telefónica, con todas las limitaciones que ello implica.

"En los casos más complejos, lo hemos derivado a profesionales que sabíamos que estaban haciendo servicio presencial", explica Vanesa. Además, en la mayoría de los casos se ha llevado un seguimiento de los pacientes para estar pendientes de su evolución que, generalmente "es positiva".

En cuanto a la vuelta a la normalidad, María Martínez explica que "al principio la gente tenía miedo a quedarse en casa y después, ocurrió a la inversa, la gente tenía miedo a salir".

La desescalada sin embargo sí ha reducido las llamadas. "Ver que se acerca la nueva normalidad, así como poder visitar a familiares, ha ayudado mucho", explica Parada por su parte. Sin embargo, la atención presencial está lejos de llegar, "lo primero es la seguridad de nuestros pacientes".

Comentarios