De cuando la empatía superó al miedo

La Asociación de Acción Solidaria Sor Elvira de Marín continuó trabajando durante la pandemia y más de 80 familias de la villa se vieron favorecidas
Dos voluntarias de Sor Elvira colocando alimentos en una estantería. DP.
photo_camera Dos voluntarias de Sor Elvira colocando alimentos en una estantería. DP.

LAS ASOCIACIONES de acción solidaria han superado una prueba de fuego durante la pandemia. Mientras los colectivos culturales o gastronómicos de Marín tuvieron que suspender sus agendas hasta el próximo año con motivo de la crisis sanitaria de la covid-19, aquellos que se dedican a ayudar a los demás han continuado trabajando a pesar de todo. Más allá de las limitaciones, las asociaciones con este cometido tuvieron la necesidad de mantener la actividad para no dar la espalda a las familias más necesitadas de la localidad. Durante el confinamiento, los menos afortunados acabaron siendo los más perjudicados.

La Asociación de Acción Solidaria Sor Elvira de Marín fue una de esas entidades que continuaron trabajando. Con tan solo seis voluntarios al frente, el colectivo atiende a más de 80 familias que semanal y mensualmente acuden a Sor Elvira en busca de alimentos.

Durante los meses de confinamiento, el colectivo de Marín repartió más de diez toneladas de alimentos. "Cómo se puede hacer eso es otro enigma, porque cuando haces recuento te sorprenden las cantidades que manejas", explica Julio Santos, presidente de la entidad.

Sor Elvira es una de las muchas asociaciones que reciben la ayuda del Banco de Alimentos de Pontevedra. A pesar de todo, "tal y como han sido las cosas, todo era insuficiente y por eso hemos tenido que echar mano de los fondos económicos que teníamos. Tengo que resaltar aquí la inestimable ayuda de Ence con su Plan Social".

Con este plan, Sor Elvira recibió en su primer año una cámara frigorífica, una mejora en su sede el segundo, renovando estanterías y mejorando los distintos elementos de los almacenes y el local; y este año, Ence le concedió la mitad de la concesión a reforzar la compra de alimentos. Para el colectivo "fue la necesidad más grande e inesperada y nos ha dado la vida".

SERVICIOS SOCIALES. El 95% de las familias que recibe el colectivo marinense vienen derivadas de los Servicios Sociales municipales, mientras que el resto suelen ser personas que llegan a la asociación por terceros. Para Sor Elvira "son precisamente estas familias las que más nos preocupan porque muchas son indetectables y no podemos llegar a ellas para ayudarlas".

"Es un ejemplo de solidaridad sin límites la capacidad que tenemos las asociaciones de ayuda, pero siempre gracias a la comprensión y colaboración de la gente en general. A veces nos encontramos personas que, aparentemente, son más pobres o están más necesitadas, y son las que más colaboran. Seguramente porque saben lo que es pasarlo mal", explica Santos.

El 95% de ñas familias que recibe Sor Elvira vienen derivadas de los Servicios Sociales, mientras que el resto llegan por terceros

Y es que, al final, la solidaridad y el afán de ayuda son una cuestión de empatía. Dentro del propio 'organigrama' de la asociación, Sor Elvira hace un especial hincapié en la reinserción social. "Tenemos una persona que estuvo haciendo trabajos sociales al principio con nosotros y al acabarlos decidió quedarse. También tenemos una persona extranjera que es con el que ando yo siempre con la furgoneta haciendo los repartos y las recogidas", apunta.

Durante estos duros meses, el voluntariado de Sor Elvira se armó de valor y buena voluntad para atender a las familias más necesitadas, un hecho que "me gustaría resaltar con mucho reconocimiento y agradecimiento personal". Al final, la empatía pudo superar al miedo.

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