La Danza das Espadas regresa este domingo a Marín

Marín honra este domingo a San Miguel en una fiesta declarada de Interese Turístico de Galicia
Danza das Espadas de San Miguel en una edición anterior. ARCHIVO
photo_camera Danza das Espadas de San Miguel en una edición anterior. ARCHIVO

Ahora sí llegó el momento. El municipio marinense tiene todo a punto para la celebración de la festividad de San Miguel, patrón de los mareantes, que tendrá lugar este domingo y en la que la Danza das Espadas, declarada Festa de Interese Turístico de Galicia, cobra un especial protagonismo. Este baile ancestral se escenficará a lo largo de la procesión (saldrá alrededor de las 12.45 horas, al final de la misa) por parte de los grupos del Ateneo Santa Cecilia y de Meigas e Trasnos.

Los puntos en los que se podrá disfrutar del baile serán a las puertas del Templo Novo, en las inmediaciones del Palco da Música de la Alameda, en la Praza de España y en la Praza do Reloxo, donde también se hará una ofrenda floral ante el monumento que honra a los danzantes y a todos los que han contribuido al mantenimiento de esta tradición.

Los actos empezarán a las 10.45 horas con la recepción de autoridades y danzantes en el Concello, pasando a celebrarse a continuación el Acto Solemne do Padroado de San Miguel, en el que se entregará una distinción a Queta Molas "como agradecemento a todo o traballo que fixo pola conservación da Danza das Espadas". Asimismo, se continuará la tradición de imponer las espadas de oro y plata a los danzantes que cumplen 20 y diez años en la Danza das Espadas, y la medalla corporativa a los nuevos cofrades.

A las 12.00 horas, se celebrará la misa solemne, cantada por el Coro de Cámara Thalassa, en el Templo Novo, a cuyo término partirá la procesión con la imagen de San Miguel. La comitiva recorrerá Concepción Arenal, Jaime Janer, Almuíña, Praza de España, Echegaray y Praza do Reloxo, recogiéndose en el Templo Antigo.

DESDE 1639

La Fiesta de San Miguel y la Danza das Espadas se celebran en Marín desde el año 1639 como prueba de devoción, según figura en el Libro de Contas de la Confraría de Mareantes de la localidad. Además, se viene desarrollando de forma ininterrumpida desde que, en 1953, el Ateneo Santa Cecilia la fijó como una de sus prioridades.

La singularidad de esta cofradía en una villa tan vinculada al mar como Marín constituye un elemento de unión para los pescadores de la zona, que desde siempre contribuyeron al mantenimiento de este baile, que, afortunadamente, ha llegado hasta la actualidad.

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