El mayor alijo del puerto de Marín entró en la ría de Pontevedra el día de Navidad

La Policía aguardó a la llegada del tercer cargamento de harina de palmiste a la dársena para desarticular una gran organización dedicada al tráfico de cocaína ▶Decomisó doce contenedores con sustancias para elaborar 3.000 kilos

La Brigada Central de Estupefacientes ha asestado un duro golpe a las mafias del narcotráfico que emplean el puerto de Marín para introducir sustancias. Al mismo tiempo que el Greco Galicia decomisaba 350 kilos de cocaína en Ourense, sus compañeros de Madrid registraban varios inmuebles en toda España. Rastreaban el rumbo de 12 contenedores contaminados que entraron en Europa por la ría de Pontevedra y que abastecían al mayor laboratorio de Europa de procesado de polvo blanco, ubicado en Valencia. La droga entraba gracias a la connivencia de una empresa de Valladolid con intereses en la dársena marinense, y llegaba a España enmascarada entre harina de palmiste. 

Detalle de la harina de palmiste en la que se escondía la coca. DP
Detalle de la harina de palmiste en la que se escondía la coca. DP
 

Al menos 3.000 kilos de cocaína (tal vez más, pues el análisis aún no es definitivo) entraron en Europa por el Puerto de Marín entre agosto y diciembre. Doce contenedores permanecen bajo custodia en la rada. La mayor parte de ellos llegaron a la ría de Pontevedra el día de Navidad a bordo del Neston, buque que, tras descargar un cargamento de harina de palmiste procedente de Colombia con la droga en el interior de los sacos, ha regresado a Sudamérica, donde se halla en la actualidad. Otros dos portacontenedores de la misma naviera alcanzaron la dársena pontevedresa con droga oculta mediante idéntico sistema, que fue detectado tras una laboriosa investigación por la Brigada Central de Estupefacientes.

Los narcos (fueron detenidos once en toda España, entre ellos el transportista vigués Manuel C.) disponían de una empresa importadora afincada en Valladolid que se encargaba de adquirir la mercancía supuestamente lícita. En los contenedores que introducía por Marín se incluían sacos de unos 1.000 kilos de harina de palmiste, un residuo de la extracción del aceite de la semilla de la palma, cultivado en zonas tropicales. Pero junto al palmiste se ocultaba pasta base para la elaboración de cocaína, y en cantidades ingentes, como determinó la investigación policial.

Sustancias decomisadas en Marín. DPLa organización estaba integrada por personas de seis provincias, si bien sus principales responsables residían en un chalé de lujo de la Costa del Sol. Además de en Pontevedra y Valladolid, también se produjeron arrestos y registros en Madrid, Málaga, Toledo y Valencia. En las inmediaciones de la capital levantina fue, precisamente, donde la Policía logró hacer encajar las piezas que le faltaban en el puzle.

Se trata del mayor golpe al narcotráfico en el puerto pontevedrés desde la caída en 2009 de la red de Rafa el Valenciano, que incluía entre sus miembros al Servicio Fiscal de la Guardia Civil.

En dicha operación se ha desarticulado "uno de los mayores laboratorios de procesamiento de cocaína de Europa" ubicado en un chalet aislado de El Puig (Valencia) -como aparece explicado en uno de los destacados de esta noticia-.

La organización estaba compuesta por ciudadanos de nacionalidad española, colombiana y albanesa "dedicados a la introducción de grandes partidas de sustancia estupefaciente en España, camufladas en distintos productos legales, para posteriormente establecer laboratorios clandestinos con la finalidad de extraer la pasta de coca de dichos productos y con ello elaborar clorhidrato de cocaína", ha asegurado la Policía. 

Su último objetivo consistía en llevar a cabo la obtención y posterior distribución de droga. Para ello contaban, sostiene las mismas fuentes, "con una amplia estructura empresarial que se encargaba de importar contenedores marítimos contaminados de torta de palmiste, producto con el que enmascaraban el estupefaciente a fin de superar fácilmente los controles aduaneros y sanitarios". 

"Su intención era introducir sacos de unos mil kilogramos cada uno, con la finalidad de extraer la pasta base de la harina de palmiste (residuo que queda tras la extracción del aceite de la semilla de la palma que se cultiva en zonas tropicales) y, una vez separada, proceder a la transformación de la misma en clorhidrato de cocaína", ha puntualizado la Policía. 

Para ello contaban con "químicos o cocineros", han matizado las mismas fuentes, "expresamente traídos desde Latinoamérica para instruir a la organización y mostrales la elaboración o cocinado del estupefaciente".

La operación de la Brigada Central de Estupefacientes pone de manifiesto una vez más la actual situación de incremento del tráfico internacional de cocaína por todos los métodos imaginables, con una especial incidencia en las sustancias ocultas en portacontenedores.

Paralelamente, vuelve a fijar el foco en el Puerto de Marín como una de las dársenas clave para la introducción de los alijos. Los narcos saben bien que las medidas de seguridad en la aduana de la ría de Pontevedra no son las mejores, y aprovechan el gran volumen de tráfico, que no ha parado de crecer desde la llegada de Maersk.

Enviados desde Colombia
Fruto de las pesquisas policiales los agentes tuvieron conocimiento de la presencia en España de una pareja de ciudadanos colombianos que habían sido enviados hasta tres veces por parte de la organización proveedora en origen. Su misión era la de comprobar la estructura empresarial en España, así como negociar porcentajes y beneficios a repartir una vez la droga fuera ya extraída y distribuida. 

Posteriormente, los investigadores detectaron la llegada de diez contenedores al Puerto de Marín con mercancía legal y, entre ellos, uno en el que se transportaba la cocaína. 

Con todo ello los investigadores establecieron un fuerte dispositivo policial, compuesto por más de cien funcionarios policiales repartidos en las distintas provincias españolas, y procedieron de forma simultanea a efectuar la detención de 11 personas en Valencia (4), Madrid (3), Valladolid, Vigo, Valencia y Toledo, entre ellos los principales responsables de la organización y los encargados de la logística e infraestructuras.

 

El laboratorio valenciano
También se llevó a cabo el registro de 10 inmuebles, entre ellos un chalé aislado ubicado en la localidad de El Puig (Valencia) donde se encontraba el laboratorio y donde se incautaron más de 8.500 litros de diversas sustancias químicas fiscalizadas, "todas ellas de difícil adquisición y destinadas a la elaboración del clorhidrato de cocaína", ha subrayado la Policía. 

Para sufragar y obtener beneficios de la inversión realizada, la organización estaba acondicionando diversas estancias de la propiedad para destinarlas al cultivo de marihuana. Para ello contaban con un súbdito marroquí que, además, se encargaba de la seguridad de la finca, permaneciendo en su interior las 24 horas sin abandonar la misma ni para abastecerse de víveres, ya que le eran facilitados por otro integrante de la organización. 

El chalé había sido alquilado por su ubicación aislada de las grandes urbes, su difícil acceso, su discreción y la posibilidad de destinar la finca alquilada a estas ilícitas actividades sin llamar la atención del resto de fincas colindantes. Además, los integrantes de la organización llevaban a cabo multitud de medidas de seguridad antes de dirigirse al inmueble, manteniendo asimismo una vigilancia permanente de la casa con la finalidad de detectar posibles seguimientos policiales, hecho que dificultaba enormemente la investigación. 

La Policía ha destacado "la gran movilidad de la organización", ya que sus principales responsables viajaban por toda España y residían en un chalé de lujo en la Costa del Sol desde donde coordinaban y daban las instrucciones oportunas. 

En los 10 registros domiciliarios practicados, los agentes han intervenido 8.500 litros de compuestos químicos, seis vehículos --cuatro turismos, una furgoneta y una motocicleta--, un revolver de calibre 6 mm con una caja de 47 cartuchos, diverso material informático, terminales telefónicos y dinero en efectivo. 

Asimismo, la Policía ha explicado que actualmente se encuentran bloqueados 12 contenedores en el Puerto de Marín a la espera de realizar el correspondiente "análisis cualitativo y cuantitativo" y poder determinar "con exactitud los sacos contaminados con cocaína, en los cuales la organización enmascaraba la sustancia ilícita". 

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