Efectivos del puesto principal de la Guardia Civil de Cangas, apoyados por unidades de la Patrulla Rural de Pontevedra y de la Patrulla Fiscal de Marín, ejecutaron una operación sorpresa en un local de ocio de Cangas do Morrazo, con un resultado que se veía venir: un detenido por tráfico de sustancias estupefacientes (el presunto camello) y catorce denuncias más, la mayor parte de ellas por tenencia y consumo de sustancias estupefacientes (sus supuestos clientes).
La redada organizada por la Comandancia pontevedresa se produjo a raíz de las sospechas, en primer término, y quejas, a continuación, por parte de vecinos de la capital morracense que residen en las inmediaciones del establecimiento investigado. Los ciudadanos señalaban que en el local se trapicheaba con drogas, en especial durante los fines de semana.
Con estos datos en la mano, la Guardia Civil preparó su intervención, que debía ejecutarse en el momento de mayor afluencia de personas en el lugar: el sábado por la noche. Así, los agentes entraron en el local sobre las 6.30 de la madrugada.
El primer objetivo era la persona que supuestamente suministraba la droga al resto de individuos que allí se congregaban. En aquel momento se hallaban en el establecimiento unas 25 personas. Entre todas ellas, una mostró una actitud especialmente nerviosa en cuanto se percató de lo que estaba ocurriendo.
EL CACHEO. Estas evidencias llevaron a los funcionarios de la Guardia Civil a cachear al sospechoso, obteniendo el resultado esperado. Ya en la mano, haciendo ademán de introducirla en sus bolsillos, portaba una bolsita con una sustancia blanca, posiblemente cocaína. En su ropa interior, ocultos en el interior de la funda de unas gafas, el investigado llevaba otros seis envoltorios de coca.
Por último, los agentes encontraron en su poder 135 euros en efectivo, muchos de ellos, según sospechan, procedentes de la actividad ilícita a la que se dedicaba. Por todo ello fue detenido, acusado de un delito contra la salud pública.
Pero la inspección en el local no se quedó ahí, pues los agentes tenían claro que allí no solo se vendían, sino que también se consumían estupefacientes.
Así, diez de los allí presentes fueron denunciados por tenencia y por consumo de drogas (las cantidades incautadas fueron pequeñas), y cuatro más por alteración del orden y falta de respeto a los agentes de autoridad.
INFRACCIONES DEL LOCAL. Por último, el Instituto Armado realizó las comprobaciones oportunas en relación con los permisos del local, constatando que cometía varias irregularidades de índole administrativa. Así, el responsable fue denunciado por transgredir la Ley de Turismo de Galicia, la Ley de Emprendimiento y la Ley del Mercado de Tabacos, entre otras.