Martes trágico para Marín

El barco, con base en Marín y perteneciente al Grupo Nores, naufragó en aguas del Atlántico, frente a la isla de Terranova ► Tres tripulantes fueron rescatados con vida por el Playa de Menduiña Dos, entre ellos el patrón del pesquero y su sobrino
Gráfica sobre el hundimiento del Villa de Pitanxo

La tragedia vuelve a golpear el mundo del mar en Galicia y, especialmente, a la costa pontevedresa, que desde este martes vive pendiente de las noticias que llegan de los servicios de salvamento marítimo de Canadá tras el naufragio en aguas de Terranova del Villa de Pitanxo, un barco con base en Marín.

Entre la tripulación, de 24 personas (16 españoles y el resto ciudadanos de Perú y Ghana), se han confirmado al menos diez fallecidos, 11 desaparecidos y tres personas rescatadas con vida. El naufragio del pesquero, propiedad del armador Manuel Nores (Grupo Nores) y perteneciente a la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI), es una de las mayores tragedias de la pesca gallega de las últimas décadas.

A las 5,24 horas de este martes el Centro Nacional de Coordinación de Salvamento, con base en Madrid, recibió dos alertas automáticas -una de una radiobaliza y otra de una llamada selectiva- del pesquero Villa de Pitanxo, un arrastrero congelador de 50 metros de eslora, con base en Marín, que pescaba fletán.

El barco se encontraba a unos 450 kilómetros al este de Terranova cuando naufragó en aguas de Canadá. Enseguida se puso en marcha un amplio dispositivo de salvamento con medios aéreos y marítimos que incluyó a otros barcos que se encontraban faenando en la zona.

En torno a las diez de la mañana, según informó la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, se encontraron cuatro balsas salvavidas en zona de difícil acceso, se rescató una de ellas con tres supervivientes y cuatro cadáveres. Posteriormente, se recuperaron otros tres cuerpos sin vida y en la noche de este martes Salvamento Marítimo informó de que dos cuerpos más habían sido localizados por el buque canadiense Nexus y el otro por el pesquero portugués Franca Morte, según reportó el Centro de Coordinación de Rescate Conjunto Halifax.

Con respecto a los tres tripulantes rescatados con vida hasta el momento, fueron hallados por responsables de salvamento en shock hipotérmico. Dos de ellos son el patrón del buque, Juan Costa Padín, y su sobrino, Eduardo Rial Padín. Así lo confirmó este martes la alcaldesa de Cangas, Victoria Portas.

El portavoz del Centro de Coordinación de Rescate en Halifax, Brian Owens, explicó que el barco se hundió y "no ha sido encontrado". Igualmente, señaló que se ha "encontrado un gran campo de escombros donde se hundió la embarcación". Los tres supervivientes están a bordo de uno de los barcos pesqueros, con el operativo en marcha para su traslado.

LA BÚSQUEDA CONTINÚA. Asimismo, remarcó que las "condiciones climáticas son desafiantes", con vientos de 40 nudos, olas de 5 a 5,5 metros y visibilidad reducida por la niebla. "La búsqueda continúa para el resto de la tripulación y tenemos la esperanza de encontrarlos", aseguró este martes.

Las autoridades canadienses han enviado a la zona del naufragio, situada a 250 millas náuticas (unos 460 kilómetros) al este de la costa de Terranova, dos aeronaves (un helicóptero CH149 Cormorant y un avión Hércules C-130), así como un barco del Servicio de Guardacostas, el CCGS Cygnus equipado con un helipuerto.

Según informó Owens, los cuerpos de todos los fallecidos fueron recuperados por barcos pesqueros que se encontraban en el área. Salvamento Marítimo en España informó de que el séptimo cuerpo fue recuperado a las 18.52 hora peninsular española (17.52 hora GMT) por el pesquero portugués Novo Virgem da Barca, mientras que el barco español Playa Menduiña Dos había rescatado previamente a tres tripulantes con vida y otros seis cuerpos.

El CCGS Cygnus, que opera en el Gran Banco de Terranova para monitorear las flotas pesqueras que trabajan allí, tenía previsto llegar a la zona del naufragio sobre las 2.00 GMT de hoy miércoles.

Las dos aeronaves no han podido encontrar restos del pesquero accidentado, por lo que se teme que se haya hundido en su totalidad.

Fuentes del Ministerio de Exteriores señalaron que la Embajada de España en Otawa y el cónsul general en Montreal -quien se desplazó en la mañana de este martes a Terranova- mantienen "un contacto permanente y constante con las autoridades canadienses".

"Desde que se tuvo conocimiento del trágico suceso, se ha movilizado al vicecónsul honorario en Terranova para que realice la asistencia consular a españoles y colabore con autoridades locales en búsqueda del resto de los tripulantes cuyo paradero se desconoce en estos momentos", explican estas mismas fuentes.

La legación diplomática española en Canadá también está en contacto con los representantes de Perú y Ghana.

Mientras, en el municipio de Marín, en las inmediaciones de Pesquerías Nores, se podía ver durante toda la jornada del martes a diversos familiares y amigos de la tripulación angustiados ante la falta de información sobre lo sucedido con sus seres queridos.

Ante las preguntas de los medios, todos los que entraban y salían de las instalaciones respondían que poco o nada habían conseguido saber acerca de sus allegados.

En las últimas décadas se han producido múltiples siniestros en las costas gallegas o de barcos de Galicia en otras partes del mundo. Santa Ana, Siempre Casina o el Hermanos Díez Colomé son algunos de los nombres que forman parte de esa lista negra de hundimientos. Sin embargo, la asociación Aetinape apunta que hay que retrotraerse a enero de 1978 para encontrar una cifra similar de víctimas, con el naufragio del buque congelador Marbel ante las Illas Cíes, en donde hubo 27 fallecidos.

Un buque de 18 años especializado en fletán

El barco fue construido en el año 2004 por el ya extinguido astillero MCíes. La embarcación sumaba 18 años, y contaba con 50 metros de eslora, 10 metros de manga y 825 de arqueo. Tenía una capacidad de carga de 1120 toneladas. Llevaba varios años faenando en los caladeros atlánticos frente a la costa canadiense. Había salido del puerto de Vigo el 26 de enero y se esperaba su regreso para el 23 de mayo.

Oleaje, viento y poca visibilidad lastraron el rescate

Aunque las causas del siniestro marítimo están por determinar, todas las fuentes consultadas este martes coincidieron en que las condiciones del mar estaban siendo complicadas durante la jornada. Influyeran o no en el naufragio, sí se consideraron determinantes en el momento del rescate. Así se pudo confirmar incluso a través de la información ofrecida por el Gobierno español, a través de Salvamento Marítimo, que participa y hace seguimiento del despliegue marítimo y aéreo del rescate de los marineros que todavía no han aparecido.

A su vez, el portavoz del Centro de Coordinación de Rescate en Halifax, Brian Owens, ha explicado a los medios que "las condiciones climáticas son desafiantes". El temporal dejó vientos de 40 nudos, olas de 5 a 5,5 metros de altura, bajas temperaturas y visibilidad muy reducida por la niebla existente en aguas del Atlántico Norte. La alerta se produjo a más de 450 kilómetros de tierra firme, en zona SAR canadiense, cuya coordinación corresponde al citado centro operado por la Real Fuerza Aérea Canadiense y la Guardia Costera desde Halifax.

La primera señal se recibió pasada la medianoche, hora local, al filo de las 5.24 horas en España. Por parte del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento con base en Madrid, que ayuda a los barcos españoles en aguas internacionales, se recibieron dos alertas automáticas de socorro, una de una radiobaliza y otra de una llamada selectiva y ya no consiguió establecer contacto radiofónico.