"En España tenemos flotas muy tecnificadas; con los atuneros somos como un Fórmula 1"

Cada vez son más las empresas del sector pesquero que apuestan por la sostenibilidad. Satlink, empresa tecnológica española de soluciones y comunicaciones vía satélite, es una de ellas. Kathryn Gavira, bióloga marina y directora del departamento científico, nos explica cómo actualmente aplica su tecnología a cerca de 100 buques españoles con el objetivo de hacer un seguimiento y reducir el impacto ambiental en los océanos
Kathryn Gavira en la sede de Satlink del Puerto de Marín. APP
photo_camera Kathryn Gavira en la sede de Satlink del Puerto de Marín. APP

Conocer el comportamiento de las especies o lo que está ocurriendo en los océanos a través de la tecnología, y así intentar reducir el impacto ambiental, es el objetivo del departamento de Sostenibilidad y Ciencia de Satlink que dirige la bióloga marina Kathryn Gavira. En octubre del año pasado, la entidad abrió su sede en Marín con la intención de tener un contacto más directo con el sector.

¿En qué se centran los proyectos del departamento de sostenibilidad y ciencia de Satlink?

Buscamos proyectos enfocados en temas puramente sostenibles. Tenemos en marcha un proyecto en Maldivas de recogida y reutilización de redes de pesca abandonadas y también hicimos un proyecto en Chile, donde se recogieron más de 100 toneladas de redes, que ser reciclaron. Todo eso crea esquemas de reutilización que sean sostenibles y que se mantengan ahí a lo largo del tiempo.

¿Qué funcionalidad buscaban con esta nueva ubicación en el Puerto Marín?

Hay que estar donde están los barcos. Estando en Marín tenemos un contacto bastante más cercano con lo que es la industria pesquera de diversos tipos de pesca y lo que no es pesca, porque también trabajamos con gobiernos, entre otras cosas.

"Hay que estar donde están los barcos y en Marín tenemos un contacto más cercano con la industria pesquera"

Uno de los proyectos que tienen en marcha es el del ‘Barco conectado’. ¿En qué consiste?

Aquí entra lo que comentaba de que con la tecnología el patrón de los barcos puede llamar a su familia y saber cómo están. Aunque no solo eso. Tu puedes conectar sensores al barco para monitorizar el consumo de combustible, la presión que hay sobre las redes, etc. Toda esa información puede ir a la nube o a bases de datos para tener un control o un conocimiento mucho más profundo de como están funcionando las flotas. Una vez ya lo conoces, puedes buscar formas de aumentar la sostenibilidad, reducir el consumo y la huella de carbono, entre otras cosas.

¿Cuál sería la consecuencia para los océanos de no reducir ese impacto?

La misma que hay en todos los sectores. Al final ya nos estamos dando cuenta de que hace falta reducir la huella de carbono y cambiar algunas tendencias. Con este tipo de tecnologías va a ser posible. 

En este sentido, trabajan con la boya inteligente selectiva. ¿Cómo funciona?

Son boyas que están equipadas con un número de sensores que lo que le da al patrón es información sobre donde está el atún. En nuestro caso tenemos una boya que distingue entre especies de atún para que el capitán pueda centrarse en la especie que esté con los stocks más saludables. Las boyas están desplegadas en los océanos y los barcos saben a donde ir, no tienen que estar buscando. Esto implica un ahorro en el consumo, el tiempo... Esa información de las boyas también se transmite en muchos casos a las organizaciones regionales de pesca o a instituciones científicas que trabajan con ellos, que lo que hacen es utilizar la información histórica para monitorizar, en muchos casos, cómo están evolucionando las poblaciones. Viendo cuantas boyas están dando atún, se comprueba cómo ha ido cambiando la cantidad de esas especie a lo largo del tiempo.

¿Cree que se está perjudicando al sector pesquero con las cuotas actuales?

Obviamente los barcos quieren pescar y hacer su trabajo, pero los patrones entienden que si pescan mucho ahora es pan para hoy, hambre para mañana. Lo que quiere todo el mundo es que esto sea algo sostenible y alargado en el tiempo. Ahí, en muchos casos, la industria está tomando un papel superactivo mejorando sus prácticas y respetando esos límites. En la comunidad científica hay mucho debate al respecto. También hay mucha desconfianza entre ambos ámbitos. 

Aquí entra en juego el papel de la observación electrónica...

Con los observadores, ya sean humanos o electrónicos, lo que se consiguen son datos reales y fiables de lo que se está capturando. Con la observación electrónica la ventaja que tienes es que puedes ampliar realmente la cobertura de observadores. Hay muchos barcos en los que no es posible meter esta figura humana por el tamaño del buque. En muchos casos no es un trabajo seguro. Con esto tienes una forma fiable, segura de controlar que es lo que se está pescando y alimentar esos modelos de monitorización de los stocks. Al final todo se retroalimenta.

"Pienso que la pesca está en mejor situación de lo que se cree la gente"

¿Cómo es la aceptación entre las flotas de este tipo de sistemas?

En España tenemos flotas muy tecnificadas. En la pesca del atún, la flota española es como un Fórmula Uno. Son los que más tecnología tienen a bordo, siempre son los que prueban las cosas nuevas... Siempre han estado un paso por delante en ese sentido. Por lo general, la aceptación es bastante buena, pero lógicamente varía. Este es el camino al futuro y por ahí va a seguir.

Y la flota, ¿cree qué está siendo sostenible?

Hay de todo. Pero no se pueden hacer comparaciones entre flotas. Pienso que la pesca está en mejor situación de lo que se cree la gente. Está más que demostrado que las especies y la pesca en general están reguladas y, por lo general, está funcionando de forma sostenible. La regulación funciona. En los casos en los que hay mucha pesca ilegal, donde no hay monitorización o donde no se considera cuanto se captura, en esos casos, las poblaciones no están siendo explotadas de forma sostenible. Hay mucha variabilidad, pero lo que está demostrado es que la gestión funciona.

¿Cómo sería posible controlar la pesca ilegal?

La pesca ilegal a día de hoy es más de la que debería ser, pero menos de lo que se piensa mucha gente. Hay flotas que trabajan mejor, y otras peor, evidentemente. La idea es tener sistemas que permitan la monitorización, de ahí que trabajemos tanto con los observadores como con la industria. La Caja Azul, por ejemplo, permite conocer dónde están los buques en todo momento y eso se transmite a la Secretaria General de Pesca u otros organismos reguladores que tienen trazados dónde está cada buque y se aseguran que no están entrando en territorios en los que no tienen licencia o que no están pescando en zonas durante vedas. En esta sentido, la inteligencia artificial permite identificar ciertos comportamientos de los buques. Cada vez más, la IA juega un papel muy importante.

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