El Lago Castiñeiras fue sometido el pasado invierno a una intervención que tenía por objetivo sellar las grietas que existían en la presa del lago,que provocaron la fuga de agua durante años y que impedían al entorno retomar su caudal habitual. Este problema estaba provocando además que en algunos meses de verano se quedase vacío.
Para llevar a cabo estas obras, fue necesario vaciar tanto el agua del lago, como la fauna que en ella habitaba. En concreto, se procedió al traslado de la trucha autóctona a una piscifactoria y a la expulsión de varias especies invasoras y exóticas que habitaban en el mismo lugar, entre las que se encontraban la carpa, los carpines y el cangrejo americano.
Según afirma la concelleira de Medio Ambiente, Marián Sanmartín, "la intervención funcionó a la perfección" y ahora el lago cuenta con un nivel de agua mucho mayor al del año anterior, cuando asegura que solo había medio metro de agua.
Las obras han ayudado a que el estanque recupere el cien por cien de su capacidad de agua
El presidente de la comunidad de montes de Santomé, Daniel Rosales, asegura que las grietas "quedaron perfectas" y que el resultado "fue óptimo", ya que ahora el lago se encuentra a un 100 por cien de su capacidad.
FAUNA. Desde la Concellería de Medio Ambiente comentan además que la fauna se ha restaurado de nuevo sin problemas tras la introducción el pasado mayo de la trucha autóctona.
En concreto, hace tres meses se reinsertaron en el lago 300 ejemplares pequeños y 35 de entre 500 gramos y 1,5 kilos de trucha autóctona que se encontraron al cuidado de una piscifactoria hasta que el nivel del agua fue el adecuado para su vuelta. Ahora esta especie se encuentra en aumento, según aseguran desde la Concellería.
