El patrón del Villa de Pitanxo reconoce por primera vez que el barco "embarró"

El juez prohíbe salir de España a Padín, quien insiste en que el hundimiento se debió a una parada del motor seguida de golpes de mar, y asegura que ordenó a la tripulación que se pusiese el chaleco salvavidas ►La Sala le retira el pasaporte y le obliga a comparecer cada quince días
El patrón del Villa de Pitanxo, Juan Padín, y su sobrino Eduardo Rial, a su llegada a la audiencia. MARISCAL (EFE)
photo_camera El patrón del Villa de Pitanxo, Juan Padín, y su sobrino Eduardo Rial, a su llegada a la audiencia. MARISCAL (EFE)

El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno acordó este martes retirar el pasaporte al patrón del barco Villa de Pitanxo, Juan Padín, tras prestar declaración como imputado por su presunta responsabilidad en el hundimiento del pesquero gallego el pasado 15 de febrero en aguas de Terranova, naufragio en el que perdieron la vida 21 marineros.

El titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2 también ha impuesto a Padín la obligación de comparecer cada quince días en sede judicial. De esta forma, Moreno ha accedido a lo solicitado por la Fiscalía, una petición a la que se han adherido las familias de los fallecidos, si bien alguna también había reclamado arresto domiciliario, según fuentes jurídicas consultadas.

Fuentes presentes en las declaraciones apuntaron que Padín se ha ratificado en la versión ofrecida hasta el momento explicando a la sala que alrededor de las 4 horas de la madrugada el motor del barco se paró, lo que dadas las condiciones meteorológicas existentes en ese momento provocó la tragedia. Sin embargo, apuntan estas mismas fuentes que a su versión, el patrón incorporó que el Pitanxo "embarró" anteriormente. Por otra parte, en el atestado presentado al tribunal por la Guardia Civil figuran la declaración de la tripulación del Playa Menduíña 2, que acudió al rescate tras el naufragio, y en la que todos sostienen que tanto Padín, como Rial o Samuel Kwesi aludieron a que el barco había embarrado.

Asimismo, el patrón del Pitanxo ha sostenido que, llegado el momento crítico, dio orden de que toda la tripulación se pusiera el traje de supervivencia, al tiempo que ha aseverado que habría trajes suficientes para todas las personas que iban a bordo.

Este es un punto conflictivo por cuanto, según recoge el auto dictado por Moreno, en el expediente remitido por la Capitanía Marítima de Vigo, consta que "el número total de personas para las que se había provisto dispositivos de salvamento era de 22". Sin embargo, en la Protesta de Mar realizada por el propio Padín ante el cónsul español en Montreal –una especie de parte de accidente–, "se pone de manifiesto que la tripulación estaba compuesta por 24 personas".

"Lo que permite suponer que se carecía de las medidas de seguridad y salvamento para dos tripulantes", resaltaba el Ministerio Público en un informe que aparece recogido en dicho auto.

Rial y Kwesi, tras prestar declaración. MARISCAL (EFE)
Rial y Kwesi, tras prestar declaración. MARISCAL (EFE)

SAMUEL KWESI. Samuel Kwesi, otro de los tres supervivientes, en cambio relató en su última versión que no hubo orden expresa de que se pusieran los trajes y que le llamó la atención porque el patrón y su sobrino, Eduardo Rial -el otro superviviente- sí los llevaban.

De acuerdo con las citadas fuentes, Padin ha expuesto que, aunque era responsabilidad de cada uno ponérselo, la tripulación estaba en shock. Por su parte, Rial, que ha acudido en calidad de testigo, ha respaldado igualmente su versión, coincidente con la de su tío.

Kwesi ha confirmado asimismo la suya, según la cual el motor no se paró, sino que las maquinillas que recogen el aparejo dejaron de funcionar bien, tensando pero no recogiendo y provocando la escora. Por ello, le gritaron al capitán que soltara los aparejos, pero este se negó. Después, con el buque muy ladeado, se paró el motor y se incrementó la escora de babor, narró Kwesi en sede policial.

Esta versión de Kwesi corrigió su primera declaración, con la que describió que al pararse el motor el barco quedó a merced de las olas, lo que, unido al peso del aparejo, hizo que entrara mucha agua y se escorara hacia babor. Entonces oyó al capitán ordenar que subieran al puente, lo que hizo sin el traje de supervivencia por no darle tiempo.

El pesquero marinense Villa de Pitanxo se hundió a 450 kilómetros de la costa de Terranova (Canadá) a las cinco de la madrugada del pasado 15 de febrero. Fue entonces cuando el Centro Nacional de Coordinación de Salvamento recibió dos alertas automáticas del arrastrero congelador de 50 metros de eslora, con base en Marín, que pescaba fletán en Terranova. Este sería el comienzo del peor naufragio español del siglo XXI, que dejó 21 fallecidos –de los cuales 12 cuerpos continúan sin aparecer– y tan solo tres supervivientes.

Fuentes del sector aseguran que el barco estaba preparado ad hoc para faenar en la zona Nafo, donde, además llevaba años haciéndolo.

"Las familias estamos aliviadas"

Los familiares de los 21 fallecidos acudirán el miércoles a Madrid para reclamar al Gobierno que se baje al pecio a recabar pruebas que puedan arrojar luz sobre el caso

Las familias de los fallecidos en el naufragio del Pitanxo respiran "aliviadas" ante las medidas cautelares acordadas por el juez, y ante el temor a que pudiera repetirse la tragedia, si Padín volvía a faenar, manifestaron.

Las acusaciones particulares habían planteado que se le prohibiera faenar, tras los "persistentes rumores" de que tenía pensado volver a trabajar en otro buque de la misma armadora. Aunque Moreno no ha accedido a ello, lo cierto es que las medidas cautelares adoptadas impedirán que Padín embarque durante varios meses. "Estamos aliviados porque han tenido en cuenta nuestra petición de sacarle el pasaporte", señalaron portavoces de los familiares, María José de Pazo y Christopher González, hijos de dos de los fallecidos en el hundimiento.

"Vemos que va cogiendo un poco de rumbo el tema y sobre todo porque teníamos temor de que se volviese a poner al frente de un barco", añadieron los representantes de los familiares, que subrayaron además que Juan Padín "no ha mostrado ningún síntoma de aprecio por los desaparecidos en ningún momento".

GOBIERNO. Este miércoles un grupo de representantes de las familias de las víctimas viajarán a Madrid para asistir al Congreso. Allí volverán a solicitar al Gobierno que se baje al pecio hundido en aguas de Terranova para recabar pruebas que puedan arrojar luz sobre la investigación.

"Cuando hay un accidente grave, el presidente del Gobierno puede incoar medidas para obtener pruebas o para custodiarlas", subrayaron De Pazo y González, que se mostraron molestos ante las declaraciones realizadas hace unos días por el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, que reclamaba que non se "politice" la tragedia del Pitanxo.

"Las 21 familias de los fallecidos en el Villa de Pitanxo le preguntamos: ¿es politizar pedir que se obtengan pruebas para esclarecer lo sucedido? A Miñones le diría que esa es una excusa muy simple, y muestra la falta de celo de sus obligaciones. Que se ponga a trabajar", manifestó María José de Pazo. "Es muy hiriente la actitud del Gobierno para las familias. No pueden olvidarse de que hay 21 fallecidos y 12 de ellos debajo del mar", concluyó la también armadora.

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