La lluvia no frena el avance de las obras de la Alameda de Seixo de Marín

El proyecto está presupuestado en cerca de 52.570 euros y tiene como objetivo revitalizar el uso de este área unida a la Casa da Cultura

La imagen del enclave situado en el centro de la parroquia marienense ha cambiado considerablemente. CEDIDA
photo_camera La imagen del enclave situado en el centro de la parroquia marienense ha cambiado considerablemente. CEDIDA

Los trabajos que está ejecutando el Concello de Marín para remodelar la Alameda de Marín están avanzando a buen ritmo, según aseguró este sábado la alcaldesa, María Ramallo, "a pesar de que las lluvias no acompañan".

La empresa Narom es la que se está encargando de darle una vuelta de tuerca al enclave de la parroquia marinense, con el objetivo de mejorarlo, pensado siempre en que "es un espacio vinculado a la Casa de Cultura de Seixo y que son los vecinos en edad infantil sus principales usuarios".

Este proyecto, que costará cerca de 52.570 euros y con el que se actuará sobre una superficie de 693 metros cuadrados, se puso en marcha con el fin de optimizar unas instalaciones que, además de no tener ningún uso, presentaban muchos problemas de mantenimiento. De hecho, en los pliegos de contratación se especifica que se debe intentar reciclar lo máximo posible los materiales utilizados en las últimas reformas.

Entre los defectos que presentaba el espacio, destaca el sobreancho que era invadido constantemente por el tráfico, creando situaciones de riesgo para los peatones. Además, la tarima de madera anclada que cubría el suelo que se está pavimentando resultó ser una nefasta decisión, dado que las tablas se estropeaban con frecuencia y se requería que fuesen remodeladas cada cierto tiempo. Por otra parte, los bancos estaban 'salpicados' por toda la zona, sin un orden lógico que permitiese que sus usuarios pudiesen disfrutar del ambiente. La iluminación no tenía defectos, pero no estaba dotada con los aparatos de última generación que hoy se pueden adquirir en el mercado y que mejoran el ahorro energético del Concello.

La lista de problemas la engrosaban las gradas, cuyos bordes estaban francamente deteriorados; las escaleras, que no cumplían con las condiciones de accesibilidad que se le exigen a un espacio de ocio público, y las plataformas que obstaculizaban el paso por el medio de la Alameda.

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