El lugar donde sirven carne feliz

Lino Fervenza saca las carnes, literalmente, a pasear por A Fraga, en Moaña, una manera de mimar el producto para luego servirlo con "un sabor diferente"

El moañés les habla a las carnes durante sus paseos. CEDIDA
photo_camera El moañés les habla a las carnes durante sus paseos. CEDIDA

En el alto de A Fraga, en Moaña, se ubica la Taberna A de Lino. El establecimiento goza de una ubicación envidiable, en un lugar paradisíaco y que mantiene intactas estructuras de antaño, como puede un portalón de más de cuatro metros de alto por donde los antepasados de Lino Fervenza, propietario de la taberna, conducían a los bueyes. "Es un sitio auténtico y el local es muy peculiar, una construcción muy antigua donde mis antepasados tenían bueyes", cuenta Lino, aunque asegura que "lo más curioso es lo que hay dentro de la taberna, no te lo esperas". ¿Y qué hay allí? El moañés invita a la gente a que conozca esta peculiar infraestructura de primera mano.

Sin embargo, si por algo es conocida su taberna no es por su emplazamiento, sino por la calidad de sus carnes y el trato que Lino Fervenza le da a cada trozo. Y es que la carne que se sirve en este local "es feliz", asegura el moañés. "Las carnes que trabajamos son premium", indica, pero lo verdaderamente destacable es "cómo tratamos el producto para no estropearlo". Y es que antes de ponerlas a la parrilla, las saca de la nevera y dos horas antes de cocinarlas las guarda en un recipiente, siempre bien envasadas al vacío para evitar cualquier tipo de contaminación, y luego "las saco a pasear". Así, el propietario de este conocido establecimiento carga con las carnes y les muestra a éstas los espectaculares paisajes de A Fraga; sus verdes, su río y también las cabañas que forman parte del complejo que gestiona.

Pero el paseo no se queda ahí, ya que durante la caminata Fervenza les explica a las carnes la historia de la comarca de O Morrazo y les muestra los paisajes. Les habla, y con esto consigue que "sean felices". Y eso, asegura, se nota en el sabor. "La carne aquí en nuestro entorno sabe diferente a otro sitio". ¿Y por qué razón? Pues por "donde estamos ubicados. Creemos que la fraga tiene unos puntos muy interesantes donde todo el mundo debería estar, por eso las carnes las llevamos también allí. Y así empezó todo", puntualiza. "Estamos muy contentos porque hemos evolucionado mucho, trabajamos cada vez con carnes de mayor calidad", señala Lino Fervenza, que hace hincapié en la "magia que desprende la taberna", que va camino de cumplir 23 años.

¿La clave del éxito? Él lo tiene claro. "Es el trato que le damos, que hace que las carnes sean felices". "Los clientes acaban diciendo que la taberna es donde se para el tiempo, a la gente no le gusta marcharse, hay muy buenas sobremesas, no sé cómo explicarlo...", dice el moañés, que concluye asegurando que "no es que lo diga yo, la gente lo palpa y lo transmite, el lugar tiene magia".

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