¿Qué sería lo primero que haría si llegase a ser alcalde?
Tocaríamos todo lo que tiene que ver con la vivienda y el desarrollo empresarial, esos son los dos ejes centrales de nuestra campaña. En vivienda nos centramos en lo que tiene que ver con construcción y rehabilitación, y en lo del suelo empresarial queremos cerrar con Zona Franca todo el estudio y ver que zonas tenemos que desarrollar y que podamos hacerlo. Es algo fundamental.
¿Por qué cree que no se han llevado a cabo esos dos ejes en los últimos años?
Creo que ha sido simplemente por la dejadez y la falta de ambición en cambiar las cosas, así como el desinterés de trabajar en lo profundo y quedarse solo con lo superficial. Es un equipo que lleva 12 años preocupándose de cosas que siendo el día a día no son temas de futuro. El futuro es preguntarse qué hacer para que la gente se quede en Marín, que trabaje aquí y como impulsar la localidad. Aquí parece que estamos a otra cosa.
¿Qué otros puntos fuertes llevan en su programa electoral además de la vivienda y el desarrollo del suelo empresarial?
Realmente se van a centrar en eso. Todo lo demás nos parece importante, claro que si, pero en otro escalón de prioridades. Podría hablar de servicios sociales, de mayores, de rural, de deporte... Pero todo eso comparado con la urgencia que tenemos de desarrollo del plan de vivienda y rehabilitación y fomento del empleo y el comercio, es lo principal. También le damos mucha importancia a nuestra identidad, todo lo que tiene que ver con el pasado y nuestra pérdida de elementos y referencias. Ahora ha salido a la luz con el tema de la dársena, pero es algo que viene de muy atrás. El proyecto de las piscinas fue la gota que colmó el vaso, pero Marín lleva años desdibujándose sobre su historia y nos hemos quedado en una especie de municipio encerrado entre un puerto y una escuela.
¿Y qué proponen ustedes para revertirlo?
Lo primero de todo es parar el proyecto de destruir la dársena para hacer algo tan poco necesario como una piscina en un sitio el que tenemos unos tres kilómetros de playa. Luego también queremos recuperar con todo lo que tiene que ver con el mar, como es el Museo del Mar y que tiene que ver con la memoria de nuestro pasado. Cuando propusimos la moción de la creación del archivo del sonido y la imagen de Marín buscaba eso, recordar y poner en valor todo nuestro pasado y lo que fuimos, para no olvidarlo. Vamos camino de no saber que fuimos. Cuando no seamos un pueblo marinero, ¿qué vamos a ser?
¿Cómo definiría el mandato que acaba de finalizar?
Continuista, absolutamente. Es una falta de ambición sobre como cambiar las dinámicas que tiene Marín. Quien haya visto el primer mandato, el segunda y el tercero, se dará cuenta de que es lo mismo. Obviamos los problemas importantes que tienen que ver con economía, empleo, vivienda y población, y nos centramos en las cosas más superficiales, como es la foto, las fiestas, los eventos deportivos... Que están bien, pero en otro orden de prioridad. Parece que estoy en contra de las fiestas, y no, pero ese no puede ser nuestro único objetivo.
¿Y sobre su trabajo como parte de la oposición?
Estos cuatro años hemos propuesto muchísimas cosas. Hemos sido el grupo de oposición más centrado en los problemas de verdad. Planteamos propuestas sobre el fomento del alquiler, el desarrollo de urbanizaciones y barriadas, la zona comercio para el aparcamiento de vehículos, la ampliación de estacionamientos... Hemos criticado aquellos proyectos que se han demostrado que van a ser un fracaso o que ya lo han sido como los errores del Auditorio, el proyecto del Parque Eguren y ahora con la piscina. Son, para mí, proyectos fallidos.
En 2019 lograron sacar cinco concejales. ¿Cuál es su objetivo para estas elecciones?
Tenemos claro que nuestro objetivo va a ser seguir creciendo. Creo que hay un pulso general de cambio y ganas de cambio, que no había cuatro años. Estoy totalmente convencido porque lo veo, lo noto y lo siento. La gente se da cuenta de que así no vamos a ningún lado. ¿Qué eso sea suficiente para tumbar una mayoría tan sólida como la de María Ramallo? Es algo que tendremos que ver con el tiempo. No me gusta echar las campanas al vuelo, pero se que va a haber buenos resultados y un cambio de dinámicas e inercias. Estoy preparado para gobernar desde el minuto uno.
¿Es eso lo que siente en la calle cuando se para con la gente a hablar?
La gente lo centra en varias cosas. Una de ellas es una alcaldesa que no ha peleado por los intereses de las personas, es decir, el abandono que se cometió con los problemas sanitarios o con el cierre de los bancos en el rural demostró que Ramallo fue una alcaldesa de partido antes que de los marinenses, eso por descontado. Luego todo el mundo ve la crisis que anunciamos ya hace mucho tiempo, es una crisis que cada vez es más prolongada y más profunda y a la que no se le ha puesto ni una sola actuación que la revierta. Son doce años en los que no se ha dado ningún paso y aunque empecemos ahora, nos va a llevar tiempo revertirlo.
¿Valorarían la posibilidad de pactar con el BNG si lo viesen necesario para poder gobernar?
Por supuesto. El BNG es un compañero de viaje y además la relación personal con Lucía Santos es muy buena. Estamos muy lejos de experiencias pasadas. Hay muy buen trato personal con toda la candidatura. Es fácil entenderse.