La cálida noche veraniega del pasado sábado transportó a Marín al convulso y difícil siglo XIX. La máquina del tiempo se activó en las inmediaciones de la Praza de España y de la Alameda. Fue allí donde, más de dos siglos después, Gago de Mendoza y sus huestes volvieron a mantener a raya a los ingleses a base de tesón, rabia y fuego.
Miles de vecinos y visitantes no se perdieron detalle de la esperada recreación de la conocida como Batalla de Aguete. Como no podía ser de otra manera, los allí presentes alentaron con pasión a los defensores de la villa de la comarca de O Morrazo contra el ejército británico.
ARTISTAS LOCALES. Esta cita supuso el broche de oro a un fin de semana en clave histórica, pero, sobre todo, también se convirtió en la prueba de fuego para todos aquellos vecinos, de diferentes edades, que no dudaron en ponerse en la piel tanto de los corsarios como de los invasores del Reino Unido.
Y es que no hay que olvidar que, como principal novedad, en esta edición de la Festa Corsaria el Concello de Marín apostó por una fórmula cuyo objetivo era implicar a los ciudadanos en la fiesta y, en cierto modo, convertirlos en protagonistas. Para ello, el Multiusos de la Praza de Abastos acogió durante varios días un curso gratuito de preparación. Las sesiones fueron impartidas por técnicos de la empresa especializada Hípica Celta.
Pese a la descoordinación surgida a la hora de poner marcha uno de los barcos participantes en la recreación, finalmente todo pudo desarrollarse según lo previsto. Tras la nueva victoria marinense, el público estalló en vítores y aplausos.
