De carácter familiar y en plena pandemia mundial, la empresa familiar del hotel Innmare Fortuna se hace hueco con un nuevo espacio hotelero de dos estrellas en pleno centro urbano. El que es ahora el segundo hotel de la localidad cuenta con nueve habitaciones y ya tiene abiertas las reservas.
"Las expectativas no son malas", señala el administrador de la empresa, que pone el punto de mira en el turismo a medio y largo plazo y mantiene las esperanzas en una buena temporada este próximo verano, a pesar de lo "moi cambiante" de la situación en torno a la crisis sanitaria.
Asumir riesgos es "a función dun emprendedor" por lo que, cuando la pandemia los sorprendió en pleno proceso de renovación, tirar la toalla no estaba entre los planes. De familia marinera y con raíces en Marín, este proyecto es una continuación de los que ya llevó a cabo su padre antes que ellos y una forma de proseguir su legado, ampliando su oferta de alojamientos, que cuenta ya con varios apartamentos en A Pobra do Caramiñal. "Somos de Marín e non só temos unha fonda fe no noso proxecto, senón tamén no noso pobo".
El nombre es un guiño al lema del escudo marinense, la localidad que les vio crecer y también a las raíces marineras de la familia. "A localización dun hotel é moi importante e nós queremos dar a idea de que Marín é unha vila de mar" por lo que dar a conocer el atractivo turístico de la costa de la localidad y sus playas es uno de los objetivos principales.
El nuevo hotel, que se estrena esta semana tras dos años de obras afectados por la pandemia, se encuentra en la Rúa Concepción Arenal, a escasa distancia del que era hasta ahora el único alojamiento de estas características, el Hotel Villa de Marín. A mayores de estos dos, el centro urbano esconde también un pequeño hostal restaurante en una de sus calles más céntricas, el Hotel Marín, con años de experiencia. La oferta de alojamiento en el municipio se completa mayoritariamente con apartamentos turísticos y casas rurales, altamente demandadas.
