Marín da por iniciada la temporada de furanchos. Aunque lo ha hecho tímidamente con tan solo cuatro locales ahora abiertos, también ha llegado con novedades. Seixo estrenó la semana pasada un nuevo local, Pouca Cousa, de los marinenses Montse Lavandeira y Ángel Guimeráns, que se lanzan a la aventura de la restauración sin ningún tipo de experiencia previa, pero con muchas ganas.
Amantes del furancho en su vida privada, estos dos propietarios decidieron abrir este nuevo local en el número 41B de Bouzón, un espacio pequeño en la parroquia de Seixo que ha servido de inspiración al nombre, "porque es pouca cosa", explica Montse.
Este espacio se ha puesto en marcha después de que Ángel, dedicado a la mar, se jubilase. "En su casa siempre se trabajaron las viñas y cuando se jubiló, como teníamos un montón, decidimos lanzarnos a la aventura para vender el vino que producíamos", explica Montse, que valora positivamente la acogida que ha tenido por el momento.
El objetivo principal es ofrecer esos "productos de la tierra que últimamente se están dejan un poco de lado", explica la propietaria Montse Lavandeira
La idea es abrir fines de semana y festivos hasta que se venda todo el excedente de vino, ofreciendo esos productos típicos de locales como este. Empanada casera, zorza, tortilla y tapas tradicionales con queso y membrillo casero, así como un raxo "especialmente bueno", destaca la propietaria, están entre las ofertas del menú. El objetivo principal es ofrecer esos "productos de la tierra que últimamente se están dejando un poco de lado", explica Montse, que elabora toda la comida del local junto a Ángel utilizando los productos de su propia huerta.
Con tan solo un fin de semana abierto, la expectación es máxima, y sus ganas también. "Abriremos hasta terminar el vino", destaca Lavandeira, que espera que se acabe antes de esos tres meses que pueden permanecer abiertos.
Las ganas de salir y recuperar el tiempo perdido en los últimos años han provocado un interés especial por disfrutar de rincones locales como este, que se tienen que adaptar a los nuevos horarios propiciados por la pandemia, donde las cenas se adelantan de las 21.00 a las 20.30 horas, explica la propietaria.
Además, la localidad marinense tiene otro local ya en funcionamiento con esta llegada de la primavera, el de O Currante, en el número 39B de Moledo (Ardán), y con uno más que ha solicitado licencia para abrir el próximo 1 de abril, Chámpalle unha gaseosa, en el 13 de Cernello (Santomé).
Todos ellos cuentan con un permiso de tres meses, que se podrá ampliar en 31 días más en caso de que no hayan conseguido vender todo el excedente de producto. La temporada de furancho se extiende desde el 1 de febrero al 30 de junio y tiene especial éxito en Marín, donde el año pasado abrieron 14 locales, un número que se espera repetir este año, explica el edil de Medio Rural, Pablo Novas.