El marinero Pablo Costas ya está en España: "Albares ha hecho algo; Laya, nada"

Familiares y amigos lo recibieron en el aeropuerto
Pablo Costas, recibido en Madrid. RODRIGO JIMÉNEZ
photo_camera Pablo Costas, recibido en Madrid. RODRIGO JIMÉNEZ

El marinero gallego Pablo Costas, que llevaba retenido en Yemen desde septiembre de 2020 bajo un cargo de supuesta pesca ilegal, llegó este viernes a Madrid y puso fin a su odisea. 

El buenense aterrizó procedente de El Cairo (Egipto) tras tomar primer un vuelo en el aeropuerto yemení de Seiyun. Fue recibido por familiares, amigos y representantes de la CUT.

“El ministro de ahora (Albares) ha hecho algo, la de antes (González Laya) nada”, ha explicado en una conferencia de prensa, en la que sostuvo que no es "ningún delincuente" y que siempre trabajó legalmente.

Costas ha lamentado la "injusticia" y el "abuso" que se ha cometido con él y con sus compañeros, al tiempo que se ha quejado de la actuación del Gobierno español por, a su parecer, tener "compromisos" con Australia. 

"Me tocó estar en un país donde la ley y el Estado está como desaparecido. Después intervienen los consulados, el Gobierno de España, y yo tengo que acudir a ellos, y ¿qué encuentro? Encuentro una complicidad hacia las personas que promovieron este secuestro. ¿Por qué? no lo sé. Compromisos. Los ciudadanos parece que cuentan menos que todo eso", ha denunciado.

"INJUSTICIA TRAS INJUSTICIA". En la misma línea, ha afirmado que ve muchas "contradicciones" en la forma de actuar del Ejecutivo y que está "cansado" de sufrir "injusticia tras injusticia". "*Por qué el Gobierno español reconoce a ese Estado de Yemen para justificar su falta de acción? Todo está lleno de contradicciones", ha explicado. 

Pablo Costas ha acusado a las autoridades australianas de ser "promotoras" del secuestro y ha denunciado: "Australia con sus presiones ilegales, llamadas de noche a altos ministros, el propio jefe del Ejecutivo presionando a los pobres miembros del Gobierno de Yemen y diciéndoles que había que castigarnos de una forma o de otra".

"LA LIBERTAD NO ME LA ROBAN NINGUNOS FASCISTAS". Pese a la situación vivida durante tantos meses a bordo del barco "sin comida, pasando calamidades, desprotegidos" y sufriendo "penurias grandísimas", Costas ha afirmado que está "bien" psicológicamente, aunque esta vivencia le ha "cambiado". 

"Con mi salud casi acabaron, pero con mi mente no. Sí que soy una persona distinta. Tuve mucho tiempo de reflexionar. Me retuvieron un año y llevo casi dos sin pisar mi casa por motivos de trabajo, pero es igual, a mí la libertad no me la roban ningunos fascistas. Eso lo tengo claro", ha recalcado. 

Durante su rueda de prensa, Costas ha estado acompañado de Manuel Camaño, portavoz de la central sindical CUT, que ha denunciado también que este "secuestro" ha sido "organizado por el lobbie australiano", y que han tenido "colaboradores en el Estado español a través de los instrumentos diplomáticos y consulares". 
 

Costas, patrón del buque Cobija, fue detenido en septiembre del año pasado, cuando se encontraba en puerto de Al Mukallah, en Yemen, junto al resto de su tripulación (más de una treintena de personas de diferentes nacionalidades), a instancias de las autoridades australianas, bajo una acusación de supuesta pesca ilegal. 

Recibimiento a Pablo Costas en Madrid. DP

Posteriormente, fue condenado a tres meses de arresto y, tras cumplirlos, el fiscal presentó un recurso para paralizar su repatriación. A lo largo de los últimos meses, la CUT y su familia (que han organizado varias concentraciones para pedir la repatriación) han denunciado la situación en la que Pablo y sus compañeros estaban "secuestrados" en el barco, llegando en las últimas semanas a estar sin comida, ni atención sanitaria, a pesar de las condiciones "insalubres" que tenían. 

El Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó su liberación el pasado domingo, tras las gestiones realizadas "personalmente" por el ministro José Manuel Albares, y las llevadas a cabo por las legaciones diplomáticas en Mascate (Omán), El Cairo (Egipto) y Riad (Arabia Saudí), ya que España no tiene embajada en Yemen. 
 

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