Mónica Rodríguez: "La transexualidad sigue estando considerada un trastorno mental"

La secretaria de la Asociación de Familias de Menores Trans hace hincapié en la importancia de que los centros escolares trabajen en base a la diversidad

Mónica Rodríguez 2
photo_camera Mónica Rodríguez. CEDIDA

EN ESPAÑA, el 90% de los menores trans son acosados y aún a día de hoy muchos centros educativos se niegan a impartir charlas con el objetivo de visibilizar al colectivo LGTBI. Arelas no solo ofrece información a todos los colegios o administraciones que lo soliciten, sino que apoya a las familias que "llegan con miedo y ansiedad, algo que hemos tenido todos por falta de información", indica Mónica Rodríguez. Este viernes impartió una charla en el IES Illa de Tambo, organizada por la Asociación Espazo Feminista Marín.

En la charla que impartió en el IES Illa de Tambo habló sobre la realidad infanto-juvenil. ¿Cómo es esa realidad?
Es complicada. Los chavales trans son muy valientes, porque tienen que luchar mucho para ser quienes ellos son, y se encuentran con incomprensión familiar y social y un acoso escolar terrible. Y todo por falta de información. Lo que hemos constatado desde la asociación es que cuando en los centros escolares se trabaja en base a la diversidad no suele haber acoso. Lo que pasa es que todavía hay muchos centros escolares que se niegan a hablar sobre estos temas. Cada vez son menos, pero no se trabaja lo suficiente la diversidad como un valor a respetar, y eso provoca muchas situaciones de acoso escolar, lo que lleva a veces al suicidio de los chavales, porque lo pasan muy mal. De hecho, en España el 90% de los menores trans son acosados.

Una cifra muy elevada...
Una noticia del año pasado decía que en España, al año, unos 950 menores que pertenecen al colectivo LGTBI intentan suicidarse. 50 de ellos lo consiguen.

Cuando los centros trabajan en base a la diversidad, el acoso entre los chavales prácticamente no existe

¿A qué años definen los chavales su identidad?
La identidad se define sobre los 3 o 4 años. A esa edad ellos ya saben quienes son. Puede ocurrir que sepan que les pasa algo pero que no sepan identificar el qué, porque no tienen ninguna referencia; o que no se atrevan a decirlo en casa; o bien que, cuando lo dicen, nosotros automáticamente se lo negamos. Por ejemplo, si viene mi hija y me dice: Mamá, yo soy una niña, los padres lo que hacemos normalmente es decirles: No cariño, tú no eres una niña porque tienes una pilila. Les enseñamos que los genitales son lo más importante y que en base a eso tienen que vivir. Entonces se reprimen hasta la adolescencia o hasta que son adultos. En otras ocasiones, los chavales llegan a la adolescencia y no saben qué les ocurre. Saben que les pasa algo, que no encajan en su cuerpo y en su identidad, pero no saben ponerle nombre. Y después de una charla o de un reportaje en televisión sobre la transexualidad se dan cuenta de que es lo que les pasa a ellos. La identidad ya la tienen definida desde muy pequeños, pero según la educación y la información que tengan saben identificarla o no.

Legalmente, ¿cómo está la situación?
Un poco difícil. Es verdad que ahora mismo hay una instrucción en los juzgados que dice que a los menores hay que facilitarles el cambio de nombre. Sin embargo, el cambio de sexo es muy complicado. Esto supone que los niños tienen un DNI donde aparece un sexo y su sexo es otro. Lo cual significa tener que dar explicaciones. Tenemos muchos chicos que hacen deporte y se les impide competir porque las federaciones y competiciones van en base al sexo que pone el DNI. Mi hija, por ejemplo, quiere competir en gimnasia rítmica, pero se encuentra que ahora mismo su DNI pone sexo masculino, por lo que tendría que competir en la categoría masculina, pero eso para ella no es una opción. En la asociación hay tres chicos que han conseguido cambiarse de nombre y de sexo en Pontevedra, pero depende mucho del juez y del fiscal que te toque.

¿En base a qué conceden o no el cambio de sexo en el DNI?
En base, por desgracia, a su criterio. Ahora mismo en la ley que hay no están reflejados los menores.

Al año, unos 950 menores que pertenecen al colectivo LGTBI intentan suicidarse; 50 de ellos lo consiguen

¿Existen facilidades para que una persona transgénero pueda recibir tratamientos hormonales o cirugía?
Por desgracia la transexualidad se sigue considerando un trastorno mental. Hasta ahora se llamaba disforia de género, la OMS lo va a cambiar y le va a llamar incongruencia de género. Todavía no hemos conseguido que eso desaparezca y seguimos necesitando un diagnóstico de disforia de género para todo. Para todo me refiero tanto para la Sanidad como para el cambio registral. A la hora de recibir tratamientos, tanto bloqueadores como hormonales, ahora mismo hay poca información entre los sanitarios. Nos encontramos con endocrinos y pediatras que no saben nada sobre el tema y no saben cómo afrontarlo. Hemos tenido un caso, por ejemplo, de una chica de 16 años a la que se negaron a darle su tratamiento hormonal. Esto estaba provocando en ella una depresión muy grande. Para estas personas sus tratamientos son algo muy necesario, algo que necesitan para desarrollar su identidad. Hay personas trans que no lo necesitan, y ojalá ninguna tuviese la necesidad de recurrir a cambios físicos, pero cuando les hacen falta y no se los facilitan les provoca mucha ansiedad. En cuanto a las cirugías, pueden operarse las personas a partir de los 18 años, pero ahora mismo no entra en la Seguridad Social. Lo único que entra en la Sanidad Pública son las masectomías de los chicos. Y en España ya se ha hecho algún implante de pecho a chicas tras, pero no es lo normal.

¿Se ha avanzado socialmente en la aceptación de la diversidad?
Poco. Es verdad que en estos últimos dos años la sociedad ha avanzado, pero muy lentamente. Los centros escolares empiezan ahora a pedir información y a trabajar con la diversidad, pero todavía no es suficiente. Aún nos encontramos con centros escolares que se niegan a hablar de esta realidad. Por lo tanto, a todos esos chavales les falta información y a sus familias, también.

¿Dónde está la solución?
La solución está en que todo el mundo se informe, pero básicamente que se trabaje la diversidad en los centros escolares. Porque aparte de que desde las administraciones ofrezcan charlas y eventos para el público en general, para que se visibilice el colectivo LGTBI, es importante que se hagan actividades en los centros escolares, porque al fin y al cabo el futuro son ellos, los chavales. Hay que explicarles todo muy bien para que cuando vean a una persona trans no les sorprenda, si no que para ellos sea una persona más, ya que ahora mismo un adolescente trans es alguien raro. La diversidad es muy grande y es maravillosa, ahí está la base de la educación.

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