"Nadie durmió durante la noche, pero las pasamos canutas por la tarde"

Unas tareas de desbroce se presentan como la causa más probable del fuego que ha arrasado unas 20 hectáreas en Meira (Moaña)
Labores de extinción durante la noche. DP
photo_camera Labores de extinción durante la noche. DP

Todos los vecinos coinciden en señalar la rapidez con la que se expandió el incendio de Meira: "En 15 minutos se convirtió en un auténtico monstruo". Pero el miedo continuó por la noche.

Cuando se retiraron los equipos aéreos –ocho aviones y cinco helicópteros, según la actualización de la Xunta–, el fuego se reactivó en la zona media, encima de O Couso hacia A Tella. Los bomberos ya habían conseguido acceder a todos los puntos, que por la tarde estaban obstruidos por los coches de los que fueron a ayudar, pero los vecinos decidieron organizarse para hacer guardias y seguir refrescando por la noche.

Más de ocho horas después, aunque lo peor ya había pasado, Meira decidió no descansar de noche. Las brigadas de bomberos hicieron varios contrafuegos para separar las zonas y evitar que pasaran a las casas, a pesar de que se rebajó del nivel dos de alerta en una escala del 0 al 3 –considerado como alto–. "Hicimos pequeños grupos de WhatsApp y nos avisábamos: ahora subo yo", dice Manuel Vázquez, que asegura "fue una noche larga".

Otra vecina, Ana Gil, cuenta que sus padres durmieron con sus contiguos fuera de casa "iban haciendo rondas cada 20 minutos". Cuenta que fue duro, porque a pesar de haberse controlado sobre las 21 horas, "el subsuelo guardaba el calor y de repente la maleza ardía y subía por un árbol otra vez".

Carlos Iglesias. Vecino
"Vi la bola de fuego yendo hacia el monte y salí pitando porque me vinieron recuerdos de 2006, que empezó igual"

"Todo el mundo salió en masa, con las mangueras, muy bien coordinados, con lo que tuvieran, a preparar"

"Vino gente de Cangas y Bueu a ayudar y si no fuera por eso y ser de día, que pudieron intervenir los aviones..."

Es por esto que forestales y brigada de bomberos decidieron dejar arder zonas haciendo contrafuegos y limpiando la maleza para aislarlas, "había que dejar que ardiera", explica Ana. Hasta las seis de la mañana hubo cinco motobombas que vaciaron agua sobre zonas incandescentes, porque según cuenta Gil, "había piedras a más de 1.000 grados".

REACTIVACIÓN. Sobre las dos de la mañana se reactivó un punto en la zona de A Tella, hacia la guía. Carlos Iglesias explica cómo vivió su implicación: "Prácticamente nadie durmió controlando el monte, la gente cuando pasa algo así se une"; y es claro, "las pasamos canutas por la tarde".

Eva Bernárdez es técnica superior de gestión forestal y acudió desde la otra punta del pueblo al ver la humareda para echar una mano. Denuncia que "la causa principal de que se volviera tan voraz fue que las fincas privadas que separan las casas del monte no estaban cuidadas" y sentencia, además, "es lo de siempre en Galicia, a los vecinos solo nos queda denunciar, pero luego las fincas no están ni registradas en el catastro", entonces, no existen propietarios a los que exigir responsabilidades de los cuidados de las parcelas.

En esta ocasión las llamas se pararon a tiempo. Eva advierte que "fuimos afortunados por la cercanía a la Ría de la zona".

Según los datos oficiales, el fuego llegó a arrasar 20 hectáreas, pero afortunadamente no afectó a las casas. Más de 24 horas después, se encuentra bajo control, pero no extinto. Los bomberos continúan vaciando agua, pero se espera que si no hay contratiempos, quede apagado a lo largo de este miércoles. Desde el Concello han querido agradecer de nuevo la implicación vecinal.

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