Cocas, Carabelas, Carracas y Naos fueron las primeras naves oceánicas de los siglos XIV, XV y XVI. Estas embarcaciones derivaron después en los grandes Galeones que permitieron, primero a Portugal y luego a España, ostentar hasta el siglo XVIII el señorío de los océanos.
La Escuela Naval Militar de Marín acogió ayer una jornada sobre las naves de los descubrimientos en los siglos XV y XVI, en la que expertos de primer nivel expusieron sus contribuciones concretas a la investigación y construcción de reproducciones y réplicas de algunas de las primeras embarcaciones oceánicas.
Se habló, por ejemplo, de la carabela como una embarcación muy versátil y adecuada para navegaciones en expediciones de exploración. Esto hizo que la corona portuguesa las utilizase para sus primeras navegaciones de las costas africanas, que posteriormente se extendieron hasta la India y más allá en busca de las muy caras especies cuyo control de tráfico por tierra y el Mediterráneo tenían los mercaderes venecianos.
También se explicó que de las naves de los siglos XV y XVI, construidas por carpinteros de ribera según sus propios conocimientos y plantillas que guardaban celosamente y solamente transmitían a sus herederos, solo se pueden hacer reproducciones, ya que no se dispone de información suficiente ni precisa. En cambio, de las naves de los siglos XVII y XVIII, se pueden hacer réplicas exactas, pues la incipiente ingeniería naval de aquel momento permitió un registro del conocimiento que hoy ayuda a hacer reproducciones fieles de aquellas naves.
Entre los ponentes estuvo Luis Miguel Coín Cuenca, doctor en Historia por la Universidad de Cádiz que habló sobre la reconstrucción y navegación a América de la réplica de la carabela Niña, y Xabier Agote Aizpurua, constructor de embarcaciones históricas y de interés patrimonial, que habló de la construcción de la embarcación ballenera vasca San Juan.
