Nodosa cierra 2017 con la facturación duplicada, cerca de 400 empleos y seis barcos entregados

"Para nosotros ha sido un año de récord", reconoce el director financiero, Rafael Outeiral, que adelanta que el astillero tiene en cartera otras seis embarcaciones de nueva construcción para 2018 ▶ Las reparaciones de buques, tanto en seco como a flote, superaron la centena

Trabajadores del astillero junto al CFL Hunter, el primer buque que Nodosa botó en 2017. RAFA FARIÑA
photo_camera Trabajadores del astillero junto al CFL Hunter, el primer buque que Nodosa botó en 2017. RAFA FARIÑA

Nadie tiene la receta para garantizar el éxito empresarial, pero Nodosa ha conseguido acercarse mucho a la mezcla de ingredientes que se necesitan para alcanzarlo. El 2017 fue un año para recordar en el astillero marinense ya que, según los datos aportados por su director financiero, Rafael Outeiral, cerró el ejercicio duplicando su volumen de negocio, tomando como referencia el 2013, año en el que Nodosa adquirió las instalaciones de Factoría Naval. "En el 2015, el incremento ya fue del 25%", apunta Outeiral, lo que ya dejaba entrever que la ampliación del astillero había sido una decisión más que acertada.

A lo largo del 2017, las instalaciones del mismo se vistieron de gala seis veces, para las botaduras de las embarcaciones de nueva construcción que asumió Nodosa durante el año. Outeiral reconoce que "nunca habíamos entregado tantos barcos de esta magnitud en tan poco tiempo". Y es que entre los "hijos" que el astillero construyó este año destaca el Cap Beatrice, un palangrero que botó en febrero del año pasado, destinado a una empresa malvina, que reunió en la rada marinense a autoridades del país de destino, locales y autonómicas.

La segunda entrega tuvo como destinatario al Puerto de Barcelona, para el que Nodosa construyó dos embarcaciones, el Yak 1 y el Yak 2, destinadas a la recogida de residuos oleicos en la propia rada. Después vino el Henk Senior, un barco solicitado por unos armadores holandeses y que ahora está faenando en el Gran Sol.

A finales de verano, el astillero hizo una de sus entregas más especiales, la del remolcador A. Alonso, para la empresa de remolcadores de la villa morracense. Fue uno de los hitos de la construcción de Nodosa, ya que las características técnicas del A. Alonso –tras cuyo nombre está Alfonso Alonso, propietario de Amare Marín, la empresa que se encarga de hacer llegar al muelle a los colosos que hacen escala en Marín– hacen que supere con creces a los que habitualmente se construyen. El 2017 terminó para Nodosa con la botadura del Monteferro, un arrastrero para una empresa hispano-malvina que puso el broche de oro a las entregas del ejercicio recién terminado.

Outeiral: Nuestro sello diferenciador es que trabajamos muy bien el acero y que somos ágiles en la reparación

El otro pilar fundamental de la actividad de Nodosa es su servicio de reparación. "Ha sido un gran año", apunta Outeiral, que, sin embargo, explica que "aunque sea un volumen muy importante, el incremento de las reparaciones no es tan exponencial como el de la nueva construcción". Teniendo en cuenta las actuaciones que se realizaron a flote y las que se llevaron a cabo en dique seco, las reparaciones rebasaron la centena.

Outeiral incide en que "esta nueva ubicación", la que antes ocupaba Factoría Naval, "nos permitió dar el salto a otro tipo de reparaciones, como las de los atuneros y mercantes, dos segmentos del mercado a los que antes no teníamos acceso" y que explican esas cifras tan boyantes.

EMPLEO. Por supuesto, todo ello ha tenido un reflejo en la generación de empleo, y no solo eso, sino también "en la creación de riqueza en la comarca y en las economías de escala", reflexiona el director financiero.

En estos momentos, la media de trabajadores que entran todos los días al astillero es de 400. Doscientos de ellos se corresponden con el empleo directo, "pero cuando hay picos de trabajo y si sumamos a las empresas auxiliares y subcontratas, llegamos a los 500".

MARCAR LA DIFERENCIA. En un sector tan competitivo como el naval, la generación de valor añadido es la clave para mejorar posiciones. "Nuestro sello diferenciador es que trabajamos muy bien el acero y que somos muy ágiles en la reparación", indica Outeiral, que considera que son esas cosas las que "hacen que tengamos una clientela muy fidelizada".

El director financiero cree que, a nivel general, el sector está viviendo "un claro repunte", con contrataciones potentes por parte de los astilleros de la ría de Vigo, pero reconoce que es necesario incidir en ese valor añadido que tanto necesita el naval. "España no es un país barato en comparación con los competidores asiáticos, por eso hay que darle al cliente algo diferente. Nosotros lo estamos intentando sobre todo con los pesqueros, que los hacemos cada vez más tecnológicos, automatizados y eficientes energéticamente".

2018. Las perspectivas para este año siguen siendo alentadoras. El astillero tiene en cartera seis pedidos. "Cuatro unidades ya se están construyendo y otras dos están pendientes de iniciarse".

Outeiral reconoce que están al límite de capacidad. "Estamos a tope, y nos ha ocurrido tener que decir que no por falta de espacio físico. Es algo positivo, pero duele decir que no", asegura.

Marín como espejo del repunte

Los expertos apuntan que el naval está atravesando un momento dulce, repuntando todo lo perdido tras la crisis, y las cifras de Nodosa sirven de espejo de esa tendencia:

12 barcos
En 2017 entregó seis barcos de nueva construcción, tres de los cuales eran de nueva contratación. Para 2018 ya hay cerrados otros seis pedidos.

Casi un 60% de crecimiento en el volumen de negocio desde la adquisición de Factoría Naval, que ha tenido un impacto en los empleos, cercanos al medio millar si se contabilizan los directos y los correspondientes a empresas auxiliares.

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