Opromar, en alerta por la poca salida comercial del marrajo y la quenlla

Las cuatro principales organizaciones de palangre de superficie hacen una "llamada de auxilio" por la situación
2020091219005480744
photo_camera Opromar, situada en el Puerto de Marín, es una de las afectadas. J. O.

Opromar, junto con las organizaciones de A Guardia, Burela-Lugo y Vigo han hecho una "llamada de auxilio" a la Administración central debido a la situación que están viviendo en el palangre de superficie por la imposibilidad de comercializar ciertas especies y por la caída histórica de precios en algunos peces.

Por un lado, las organizaciones se encuentran con problemas a la hora de comercializar el marrajo dientuso desde su inclusión en el anexo II de CITES, y por otro, con la caída histórica de precios de la quenlla, su principal especie, junto a la inestabilidad en la demanda de productos, hacen una vía de agua en la viabilidad económica de esta flota.

La situación es de alerta roja para las entidades. "La mayoría de las empresas no podrán aguantar muchos meses en esta situación", explican en un comunicado firmado por las cuatro organizaciones. Aunque la situación es global, el impacto es más grave en la flota del Atlántico Norte por su dependencia de la quenlla, que representa una media del 75% de las capturas y un 60% de los ingresos. Con los precios en caída libre, cada día es más difícil de sobrevivir para los 90 barcos que trabajan aquí", anotan.

"La demanda ha desaparecido o es muy inestable, y los precios están sufriendo una bajada histórica", resaltan con respecto a la situación, por ejemplo, de la quenlla, que en agosto llegó a venderse por debajo de 0,30 euros el kilo. Comparando los precios en sólo un año, las diferencias de precio en la quenlla son de más del 52%, y del 17% en el pez espada. Los ingresos medios han caído más de un 30%. La postura de los armadores es unánime: "Con estos precios, esta flota no durará mucho tiempo, es imposible sobrevivir".

Todas las flotas deben cumplir las directrices de las Organizaciones Regionales de Pesca que, por mandato internacional, son las responsables de la gestión de los stocks de pesca. Sus recomendaciones afectan a todos los países pesqueros y sus correspondientes flotas. En el caso del Atlántico, esta organización multinacional es ICCAT. Bajo sus directrices, la flota española cumple las reglas de explotación de las diferentes especies, especialmente del marrajo dientuso, así como la asunción de un Plan nacional de observación. La flota española es un ejemplo del cumplimiento de estas directrices pesqueras de ICCAT. 

El comercio internacional del marrajo dientuso sufrió una gran complicación desde noviembre 2019, tras su inclusión en el anexo II de CITES. Ahora, además del Ministerio de Pesca, intervienen en su comercialización los Ministerios de Transición Ecológica (MITECO) y de Comercio (MINECO).

"La descoordinación y desentendimiento entre las diferentes Administraciones está provocando unas consecuencias económicas insostenibles a la flota", destacan las cuatro organizaciones de palangre de superficie, que llevan varios meses demandando una solución que ponga fin al bloqueo administrativo que está impidiendo la comercialización de esta especie.

"Hay toneladas de marrajo procesado y almacenado en los frigoríficos, que sin embargo no pueden venderse debido al bloqueo administrativo", rematan.

Comentarios