"Papá, vuelve pronto a casa": marineros embarcados en plena pandemia del covid

La preocupación y la incertidumbre salen a flote más que nunca ► Esteban Pérez y Ariadna Pereira relatan su vivencia
Esteban Pérez hablando a través de WhatsApp con su padre, que se encuentra faenando en Dakar. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Esteban Pérez hablando a través de WhatsApp con su padre, que se encuentra faenando en Dakar. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El matriarcado es una realidad instaurada en todas las casas marineras de la costa gallega desde hace siglos. Y es que cuando un marido partía hacia la mar, sin saber exactamente durante cuánto tiempo, era la mujer la que tenía que ponerse al frente del hogar y de la familia. Muchos hijos también tuvieron que aprender a crecer sin una figura paterna en la que respaldarse.

Sin duda, es una realidad que continúa estando vigente a día de hoy. Sin embargo, la crisis sanitaria derivada del coronavirus ha cambiado por completo la manera de las familias de sentir esa ausencia paterna. Eso mismo es lo que sucede en la casa de Esteban Pérez, un joven marinense que vive con preocupación la ausencia de su padre, Andrés Pérez, un marinero natural de O Grove que lleva toda la vida ligado al sector pesquero.

"Siempre que se iba dejaba un gran vacío, pero ahora aún más porque te quedas muchísimo más preocupado", cuenta el marinense, que vio por última vez a su padre hace seis meses, cuando partió hacia Dakar, en Senegal, donde se encuentra faenando en estos momentos.

Y es que la situación no invita a otra cosa que a la preocupación, ya que cada país tiene sus propios protocolos y también su propio sistema sanitario. "Los recursos para protegerse allí son mínimos. Cuando hacen las descargas, al barco entran personas sin mascarilla y eso nos preocupa mucho. Si mi padre coge la covid-19 estando allí es mucho más peligroso para su salud que si lo hace aquí", comenta Pérez, que no hay semana que pase sin hablar con su padre. "Hablamos siempre que tenemos la posibilidad. Tenemos una relación muy estrecha", cuenta.

En esas conversaciones reconfortantes es en las que Esteban percibe el miedo que también siente su padre en Dakar. Un miedo difícil de ocultar a pesar de que "cuando se fue estábamos en medio de la pandemia y él sabía a lo que iba, pero aun así el miedo que él tenía por dentro era tremendo". 

A la preocupación se suma la incertidumbre. "Se va, pero nunca sabes cuando va a volver, ni el tiempo que va a estar fuera. Incluso llegas a pensar si va a volver. Con todo lo que está cayendo todo te parece trágico. Ellos allí realmente se están jugando la vida en todos los sentidos". 

"Se va, pero nunca sabes cuando va a volver, ni el tiempo que va a estar fuera o si lo hará", relata Esteban en referencia a su padre

DISTANCIA. A más de 3.000 kilómetros de Marín, en Dakar, el sentimiento es el mismo. Andrés Pérez, el padre de Esteban, también vive con incertidumbre su día a día. "No sé cuando vamos a volver. Supuestamente lo tendríamos que hacer en marzo, pero igual se alarga. En la campaña anterior tuve que esperar hasta junio", relata el de O Grove, también con miedo al contagio.

Y es que a pesar de que los marineros están acostumbrados a estar durante semanas encerrados en un barco, Pérez explica que la situación es totalmente diferente: "Estamos acostumbrados, sí, pero por lo menos antes de la pandemia cuando llegabas a un puerto podías bajar al muelle y dar un paseo. Ahora tienes que estar encerrado en el barco y arriesgándote en cada descarga a ser contagiado". 

"Que esté fuera en medio de una pandemia se lleva mucho peor" 
La misma preocupación que siente Esteban por su padre, también la siente Ariadna Pereira, otra joven de Marín que, a diferencia de Esteban, puede presumir de tener al suyo en casa estos días, pero la pandemia también le llegó a pillar apartada de su padre.
"Se pasa mal cuando está fuera, claro, pero cuando lo está en medio de una pandemia es peor. Ellos en la mar lo están pasando fatal también y más al estar encerrados tanto tiempo sin poder ni siquiera salir a pasear por el puerto", cuenta Pereira, con tristeza, la situación en la que se encuentra su padre en el mar.
A pesar de que ahora está en casa, la pandemia pilló a su padre en alta mar y llegó a enfermar de neumonía. Su familia pensaba lo peor. "Teníamos mucho miedo, porque pensábamos que era coronavirus", cuenta la marinense, que explica que los barcos no son los mejores sitios para pasar este tipo de enfermedades, porque "siempre están húmedos y fríos". Una de las anteriores veces en la que su padre regresó a casa le coincidió con el confinamiento y "lo pasó muy mal, venía de estar encerrado en un barco y tuvo que estarlo en casa también". 

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