"La población rusa vive bastante ajena a todo lo que rodea a la guerra"

Una estudiante marinense decidió huir de Moscú "por seguridad"
Alba Estévez en una fotografía tomada en Moscú. CEDIDA
photo_camera Alba Estévez en una fotografía tomada en la capital rusa. CEDIDA

Alba Estévez Otero es una marinense de 21 años que llevaba disfrutando apenas un mes de su beca de estudios en la Universidad de Relaciones Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, en Moscú, cuando estalló el conflicto en Ucrania. "Fue una sorpresa brutal que nadie se esperaba. Nos quedamos helados", reconoce.

Había viajado sola en febrero a la capital rusa y allí se encontró con quienes iba a compartir enseñanzas los próximos meses, pero finalmente con los que pudo departir algo más que simples saludos fueron con sus compañeros de residencia.

La joven explica que muchos estudiantes decidieron abandonar el país nada más producirse la invasión, "por lo que le pudiera ocurrir a los extranjeros", y aunque ella no llegó a sentirse señalada, decidió sumarse también a la estampida "por una cuestión de sentido común y de seguridad".

Ahí comenzaron sus problemas. La cancelación de unos vuelos y la saturación de otros hizo misión casi imposible regresar a casa por aire, así que tuvo que desplazarse a otro país que sí mantuviese las frecuencias. Así fue como llegó a Estonia, desde donde tenía pensado volver a Marín "en el primer enlace que consiga".

Sobre el ambiente que se respiraba en Moscú, Alba Estévez se sorprendió de que la población "vivía bastante ajena a todo lo que estaba ocurriendo", consecuencia del bloqueo mediático del régimen de Putin. Eso sí, admite su tristeza "cada vez que veía a un chico joven irse al frente".

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