Protección Civil Marín: siete personas preparadas para ayudar las 24 horas

El equipo trabaja en coordinación con el Concello y la Policía Local y Nacional ►Entre sus tareas: felicitar a los niños
Se encargan también de la distribución de material donado. PROTECCIÓN CIVIL
photo_camera Se encargan también de la distribución de material donado. PROTECCIÓN CIVIL

Una de las facetas que ha traído consigo la crisis de la Covid-19 es la solidaridad de todos los vecinos y ciudadanos. Todos y cada uno de ellos hace su papel e intenta ayudar en la medida que puede. Quedarse en casa, atender la limpieza de las calles, las cajas de los supermercados, distribuir alimentos o, en el caso del equipo de Protección Civil, asistir en cualquier situación.

Siete personas voluntarias conforman el equipo marinense que realiza tareas tan diversas como asistir a las personas mayores, limpiar las calles o cantar el cumpleaños feliz a los más pequeños de la villa. Con turnos que alcanzan las 16 horas diarias, Protección Civil no ha parado ni un segundo desde que estalló la crisis y sus ámbitos de actuación van en aumento.

Recientemente comenzaron a ofrecer un servicio social que las familias marinenses han acogido con mucha ilusión: felicitar a los más pequeños por su cumpleaños. Así, cada día acuden a la calle de la familia que previamente ha contactado con ellos o con la Policía local, para hacerles sonar desde el vehículo el cumpleaños feliz y las sirenas. "La gente lo agradece muchísimo", explica el responsable de la agrupación, Roberto Agulla.

Entre las actividades que realizan cada día se encuentra también la asistencia a personas mayores, sobre todo en las zonas del rural, que realizan en colaboración con el Concello. Una iniciativa de la concellería de Benestar Social que ha permitido contactar telefónicamente con más de 1.000 vecinos de edad avanzada.

También en el rural colaboran con la Policía Local para controlar que no se incumplen las restricciones convocadas por el estado de alarma. Y en el comedor social, dos personas se dedican exclusivamente a ayudar en las instalaciones y asegurar que se cumplen las distancias de seguridad en las colas. "Hay que intentar exponerse lo mínimo posible", explica Agulla, por lo que estos dos voluntarios no acuden a otros lugares para minimizar el riesgo.

Además, se encargan de repartir ordenadores escolares a los niños que no los tengan en casa y también ayudan en la distribución de donaciones. Trabajan estrechamente con la propietaria de Marané Moda, María Mesías, que cada día emplea su tiempo para la elaboración de mascarillas y material de protección.

Los voluntarios de Protección Civil se encargan de gestionar toda la producción de esta pequeña fábrica marinense y distribuirla por todo el municipio según la necesidad.

El equipo trabaja de forma altruista y a tiempo completo. "Hay gente que llama para intentar apuntarse, pero hay que intentar exponer a los menos posibles", explica Agulla. Por ello, continúan de momento los mismos que formaban parte de la agrupación antes del inicio del estado de alarma, "hasta que alguno de nosotros caiga, o no pueda más". Y es que "desde que empezó todo esto, es un no parar".

Una vez llegan a casa la alerta no termina. "Es un poco complicado", explica Roberto, "intentamos andar con el mayor cuidado posible". Una precaución extra que les obliga a quitarse la ropa en un lugar separado y desinfectar todo lo que pueda suponer un riesgo para sus familias. "Hay días que cuestan más que otros", explica Roberto, que asegura tuvo que parar durante una jornada por puro agotamiento.

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