El registro de los viñedos lastra el despegue de Ribeiras do Morrazo

Más de la mitad de los terrenos integrados en la zona aún no reúnen las condiciones para vender uva a los productores de este vino con etiqueta

Presentación de la nueva imagen de la IXP Ribeiras do Morrazo. DAVID FREIRE
photo_camera Presentación de la nueva imagen de la IXP Ribeiras do Morrazo. DAVID FREIRE

La obligación de registrar los viñedos lastra el despegue de Ribeiras do Morrazo. Cinco meses después de que la Unión Europea otorgase a la zona la categoría de Indicación Xeográfica Protexida (IXP), distintivo que se aprobó el pasado 9 de enero y se hizo efectivo 20 días después, muchos de los viticultores que se podrían beneficiar de la incipiente industria que se abre paso bajo el paraguas de la IXP aún no reúnen los requisitos para vender sus cosechas de uva a los productores que ya trabajan bajo esta marca.

De las 2.340 hectáreas de terrenos dados de alta en el Rexistro Vitícola de la Xunta, solo mil están al día. El resto de fincas, más de la mitad, están abandonadas o poseen vides híbridas, prohibidas por esta IXP.

Para poder garantizar la calidad de los Ribeiras do Morrazo, Bruselas solo permite utilizar variedades autóctonas en los ocho municipios que la integran: Bueu, Cangas, Marín, Moaña, Poio, Pontevedra, Redondela y Vilaboa. En el caso de los vinos blancos se pueden usar albariño, caíño blanco, godello, loureira, treixadura, blanco legítimo y torrontés. Para los tintos están autorizados el brancellao, caíño tinto, pedral, espadeiro, loureiro tinto, mencía y sousón.

El portavoz de la IXP, Guillermo Martínez, reconoce que el registro de los viñedos es uno de los principales hándicaps a los que se enfrenta el sector. "Poñelos en valor vai levar o seu tempo", señaló el bodeguero, que indicó que otro de los problemas añadidos es el minifundismo, que dificulta que los cultivos sean rentables desde el punto de vista de la producción.

Los municipios adscritos a la IXP tienen censados a 25.000 viticultores. El sector pide un intermediario con la Xunta para regularizar los viñedos

Al estar protegidos por una nueva marca, la industria, en particular, y el Gobierno gallego, en general, deben velar por la trazabilidad de la uva, asegurarse de que esta reúne las condiciones exigidas para comercializarse bajo la etiqueta Ribeiras do Morrazo.

El nuevo distintivo, que este viernes se presentó en Pontevedra, es utilizado ya por cuatro de las siete bodegas con los permisos necesarios para hacerlo: Os Areeiros, de Vilaboa; Adega Ardán, de Marín; A Reboraina, de Redondela, y el Mosteiro de Poio. Todas ellas están autorizadas para comercializar los nuevos caldos.

Los cuatro negocios, que trabajan con pequeñas cosechas y producciones de entre 20.000 y 30.000 litros al año, han sacado al mercado unas 100.000 botellas con el nuevo sello, que las sitúan un escalón por encima del vino de mesa y uno por debajo del de una denominación de origen. "Somos unha gota no medio do océano", recuerda el portavoz de la IXP en alusión a las últimas campañas de zonas protegidas como la Denominación de Orixe Rías Baixas, que el año pasado contabilizó 33 millones de botellas.

En el caso de Os Areeiros, que gestiona el propio Guillermo Martínez, su venta no solo se reduce al territorio gallego sino también al resto de España. Además de estar presente ya en Andalucía, País Vasco y Madrid, la bodega de Vilaboa se está abriendo camino en la zona de Levante, principalmente en Alicante y Benidorm.

UN INTERMEDIARIO. Los ocho municipios que conforman Ribeiras do Morrazo cuentan con viñedos con una superficie media de 0,1 hectáreas. En ellos están censados 25.000 viticultores, si bien la mayor parte no está integrado en la nueva Indicación Xeográfica Protexida. Para facilitar su adhesión, Martínez propone que cada ayuntamiento cree la figura de un intermediario al que los agricultores puedan acudir cuando sus terrenos estén listos para ser dados de alta ante el Rexistro Vitícola de Galicia, que gestiona la Consellería de Medio Rural.

El atrio de Santa Cristina, en Vilaboa, acogerá los días 26 y 27 de mayo la primera cata profesional de los vinos Ribeiras do Morrazo

Además de contribuir a la puesta en valor de los viñedos, el objetivo de la IXP es crear una industria vitivinícola propia en la comarca. Y su productividad se sitúa muy cerca de denominaciones como Rías Baixas, cuyo rendimiento por hectárea se sitúa en 12.000 kilos en el caso de la variedad albariña y de 10.000 kilos en el caso de las uvas tintas.

Para los Ribeiras do Morrazo, la Unión Europea permite cosechar hasta 10.000 kilos por hectárea para la elaboración de vinos blancos y 8.000 kilos de uva en el caso de los tintos.

PUESTA DE LARGO. La puesta de largo de los vinos Ribeiras do Morrazo se llevará a cabo este mes en Vilaboa. Será durante la séptima edición de la Mostra do Viño, que se celebra en este municipio los días 26 y 27 de mayo.

Las cuatro bodegas que comercializan estos caldos con etiqueta participarán en la primera cata profesional de la IXP, que se desarrollará en el atrio de Santa Cristina. «A mellor opción para coñecer estes viños é non perder esta cita», destacó ayer la teniente de alcalde de Vilaboa, Ornela Fernández.

Comentarios