Los retos de las altas capacidades

La Asociación Diverxentes nació en septiembre de 2022 para convertirse en un espacio seguro para los niños y niñas con altas capacidades. Ahora, la entidad quiere poner en marcha una labor divulgativa para deshacerse de los estereotipos que rodean a sus integrantes
Jóvenes en una aula. DP
photo_camera Jóvenes en una aula. DP

"Ni un premio ni un beneficio frente a los demás". Estos son los dos principales estereotipos que rodean a personas con altas capacidades, dos ideas contra las que la Asociación Diverxentes lucha cada día. Esta entidad nació en septiembre de 2022 por iniciativa de la profesora y experta en desarrollo de la inteligencia, capacidad superior y neuropsicología marinense Rocío Sánchez con el objetivo de convertirse en un grupo de apoyo para las familias con niños y niñas con un cociente intelectual superior a la media. Tras un año de actividad, la asociación se ha convertido en un espacio seguro para 20 familias de diferentes puntos de Galicia -dos de ellas de la localidad marinense-, así como una vía de socialización entre iguales para sus integrantes.

Sánchez, que lleva seis años ligada al mundo de las altas capacidades, asegura que la realidad de este tipo de niños y niñas es "muy desconocida en general". "Al contrario de lo que la sociedad cree, no son ni calculines, ni genios, ni ordenadores humanos", explica la presidenta de Diverxentes, que asegura que el principal foco de problemas para ellos se encuentra en los centros educativos: "La etapa de Educación Primaria suele ser para ellos un paseo por el desierto".

El aprendizaje de las personas con un cociente intelectual superior a la media es muy diferente de la de los demás, motivo por el que desde Diverxentes destacan la importancia de "una atención específica en el aula". "Los niños y niñas neurotípicos aprenden de forma lineal e inductiva, mientras que los que tienen altas capacidades tienen un perfil arborescente y deductivo; su aprendizaje, además de ser más rápido, precisa de una mayor profundidad", explica la docente.

Es esta falta de cobertura de sus necesidades educacionales lo que hace que la vida en los colegios del alumnado con altas capacidades se complique. Tal y como apunta Rocío Sánchez, el sistema educativo general es "insuficiente y desmotivador" para las personas con altas capacidades, ya que estas "necesitan retos intelectuales diarios, porque si no se frustran, lo que hace que puedan desarrollar problemas emocionales". La profesora destaca que, "en aproximadamente el 33% de los casos, esta situación acaba desembocando en el abandono de los estudios".

Los niños y niñas de altas capacidades también pueden enfrentarse a situaciones de aislamiento por falta de entendimiento con sus compañeros. Ante esto, la presidenta de Diverxentes destaca que "entre el 60% y el 70% de ellos acaban sufriendo acoso escolar", un panorama con el que reclama que, tener un mayor cociente intelectual, "no es una suerte, tampoco es una desgracia, pero suele hacerles la vida más complicada en la etapa educativa".

Es por todo ello por lo que la asociación Diverxentes se puso en marcha, con el objetivo de prestar apoyo a las familias con niños o niñas con altas capacidades, por lo que, de manera interna, se reúnen una vez al mes en la Finca de Briz para que madres y padres intercambien impresiones. Por otra parte, la entidad busca romper los estereotipos de cara al resto de la sociedad, y para ello han decidido organizar diferentes charlas divulgativas por diferentes lugares de la provincia. La primera será hoy en Marín.

Los pequeños, que tienen entre 3 y 14 años, participan en diferentes actividades organizadas en función de sus intereses: "Nos comunicamos a través de un grupo de Telegram y vamos proponiendo actividades, si los niños coinciden en ese interés se forma un grupo. Esto es importante, ya que es necesario que sea algo que les interesa para dar salida a sus inquietudes, a veces restringidas o poco habituales", explica Rocío. A lo largo de este año, Diverxentes ha llevado a cabo diferentes salidas exteriores para aprender sobre micología o astronomía, así como clases de japonés o un proyecto para la creación de una app.

Participar en este tipo de actividades también supone para ellos, tal y como apunta la docente, "relacionarse con otros niños y niñas con altas capacidades, algo importante para sus habilidades sociales, ya que solamente al 2% de la población se le detecta esta característica intelectual". Con todo, Sánchez asegura que la labor de Diverxentes es "simplemente ayudar a personas con problemas y evitar que sufran".

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