El sector pesquero marinense, en alerta y con preocupación

La flota de fresco de Mauritania podría tener problemas para regresar a casa y las tripulaciones tendrán que alargar los tiempos de rotación
Un barco de Marín saliendo del puerto de Nouadhibou en Mauritania. CEDIDA
photo_camera Un barco de Marín saliendo del puerto de Nouadhibou en Mauritania. CEDIDA

"Vivimos el tema con mucha preocupación". Esa está siendo la frase más pronunciada en todos los sectores durante el estado de alarma, que ya encara la mitad de su primera semana. María José de Pazo, empresaria del Puerto de Marín, afronta con incertidumbre toda esta situación, sobre todo con respecto a la flota de fresco por la que lucha cada día.

"Nos preocupa, primero, por salud pública, por supuesto, y después por las consecuencias que puede suponer a la flota", explica De Pazo, que representa a seis buques marinenses, cuatro de arrastre y dos palangreros, que fanean en aguas de Mauritania.

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Su preocupación, más allá de las consecuencias económicas que podría suponer que se alargase más el estado de alarma en España -y resto de Europa-, se centra en los pescadores que trabajan en aguas mauritanas. Con esta situación, los españoles que regresen del país africano deben comunicarlo a la embajada y "tal y como está todo se pone muy complicado".

A pesar de todo, en la flota de Mauritania "están muy tranquilos", relata María José de Pazo. "Allí, hasta el lunes, solo hubo un caso y fue de una persona que viajó a Francia. No hubo ni hay ningún caso en la flota española. No hay focos de contagio como pasa aquí en España", anota la armadora de Marín.

De Pazo cuenta que, de hecho, algún patrón "con el que estuve hablando estos días me decía que estaban mejor allí que aquí y que querían alargar lo máximo posible la rotación".

A pesar de que la flota todavía no debía regresar todavía se acercan los turnos de rotación para las vacaciones, lo que, sin duda, "nos va a obligar alargar esos turnos un tiempo para evitar problemas".

Con respecto a la salida de las capturas, María José de Pazo explica que "al cerrar Madrid muchos pedidos de restaurantes han caído las ventas, pero generalmente la merluza negra y la palometa no son para restaurante ya que está más destinada para familias y esa va teniendo salida. A lo mejor hay otro tipo de productos a los que le afecta más esta crisis, pero a nosotros un poco también".

La palometa y la merluza negra son productos que salen, sobre todo, para los colegios ya que "están incluidas dentro del menú escolar. Ahora con el cierre de los colegio las empresa que compraban para los menús de los centros escolares y hospitales ha dejado de hacerlo".

"De momento está habiendo mercado para esos productos", anota María José de Pazo, que afirmó que sus compradores "en la subasta del domingo vendieron más que en Navidad. De hecho me contaron que les cogió con el pie cambiado, no tenían producto guardado en cámara porque no se esperaban ese aluvión de compras. Aunque fue algo general de todos los productos y no solo del pescado fresco".

NEGOCIACIONES. La próxima semana estaba programado que se celebrara la quinta ronda de negociación del acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Mauritania, donde se encuentran faenando los seis buques de fresco de Marín. pero María José de Pazo, que tiene un gran peso en las negociaciones como representante de la flota, anota que "esta todo parado. Esta ronda iba a ser en Bruselas y ahora está aplazada sine die. Tenemos que esperar a ver como evoluciona la pandemia".

Este aplazamiento sin fecha es una hecho que preocupa al sector del fresco porque "ya estábamos con una prórroga y ahora con esto igual no da tiempo a pasar todos los trámites en caso de firmarse lo que ya hemos acordado".

Cabe recordar que la pasada semana María José de Pazo se reunió en Madrid con la Secretaria General de Pesca para trasladarle sus peticiones con respecto al acuerdo de pesca UE-RIM.

Opromar, inquieta por el impacto del Covid-19 al sector
Opromar avisa de que la flota "tendrá que cesar su actividad" si se mantiene la actual situación por la cual los operadores "han dejado de comprar" la producción, lo que obliga a almacenarla. De tal forma, la organización ha remitido una serie de propuestas a Bruselas con el fin de reclamar ayudas en apoyo a esta situación de dificultades en la industria por la crisis del coronavirus.

Así, lamentan que el sector se encuentra en "una situación límite" al estar sujeto a todas las medidas proteccionistas que están siendo adoptadas tanto por los propios gobiernos de la Unión Europea como por los países donde desarrollan su actividad.

Las medidas instauradas para evitar la propagación del Covid-19, en particular por países terceros, impiden el movimiento de las tripulaciones para proceder a los relevos, así como las del personal de mantenimiento de los buques e "incluso algunas navieras están reduciendo sus escalas en muchos puertos, lo que en definitiva impide la remisión de la producción a los mercados y en consecuencia el abastecimiento de los mismos".

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