Una vida dedicada a la Escuela

Tras 41 años trabajando en la Escuala Naval Militar, la marinense Teresa Iglesias se jubila y dice adiós a una larga trayectoria que comenzó en 1979 ralizando labores en la enfermería y acabó el pasado lunes como secretaria de dircección del centro castrense
Teresa Iglesias en la Alameda de Marín y con la Escuela Naval Militar de fondo, en la que pasó 41 años de su vida. APP
photo_camera Teresa Iglesias en la Alameda de Marín y con la Escuela Naval Militar de fondo, en la que pasó 41 años de su vida. APP

CUATRO SON las décadas que pasó la marinense Teresa Iglesias trabajando en la Escuela Naval Militar de Marín. Además de años de experiencia laboral, fueron años y etapas llenas de grandes momentos para ella. Teresa, ahora, tras 41 años trabajando en el centro castrense, se jubila y dice adiós a una larga trayectoria de lo más variopinta.

Iglesias comenzó su camino en la Escuela Naval Militar en el año 1979, cuando se presentó a un examen que daba la posibilidad de acceder a la plaza "mozo de clínica" -ahora auxiliar- para trabajar en la enfermería de la Escuela.

Aún así, el centro castrense para ella ya era un lugar conocido entre su familia. Sus abuelos llegaron a Marín con la Escuela en 1943, cuando se trasladó desde San Fernando y, posteriormente, su padre y un hermano suyo formaron parte de la Armada, mientras que sus otras tres hermanas también trabajaban en la Escuela. Ahora, con su jubilación, tan solo quedan dos trabajando allí.

Con 24 años, Teresa aprobó y consiguió el puesto en la enfermería. "Empecé atendiendo a los enfermos que estaban ingresando, algunos eran militares y otros eran alumnos. Había de todo", relata la marinense, que entró en la Escuela Naval de Marín con una titulación en Administrativo y que en el futuro le serviría para optar a otras plazas dentro del propio centro.

De hecho, diez años después, cuando salió una plaza en la administración de la Escuela, Teresa Iglesias no lo dudo y se presentó al examen, que también aprobó y le dio la oportunidad de ejercer en lo suyo. "Primero estuve en un año en la oficina de la enfermería cubriendo una baja y de ahí, después de un tiempo ya seguí escalando y llegué a estar en un puesto de la subdirección y secretaría de estudio", cuenta Iglesias.

No fue hasta 2007 cuando realmente la marinense llegó al puesto en el que ahora se jubila, como secretaría de dirección del Comandante Director de la Escuela. Para Teresa, llegar a ese puesto fue todo un honor, ya que "es un destino que no requiere de examen y te escoge el propio director. Yo obviamente acepté y estuve allí desde 2007 hasta ahora".

Los más de diez años que pasó la marinense trabajando codo con codo con la dirección del centro castrense llenó sus recuerdos de "muy buenos momentos, aunque como en todos lados, también pasé por malos. El trato con las compañeras y con los propios directores era excelente. Siempre procuré llevarme bien con todo el mundo".

TRATO EXCELENTE. En la dirección, Teresa coincidió con José María Núñez Torrente "con el que tuve muy buen trato, ya que también coincidí con él cuando estaba trabajando en la subdirección". También con el actual Comandante Director, Ignacio Cuartero, guardaba "una relación excelente". De hecho, anecdóticamente, en las diferentes etapas de su vida dentro de la Escuela Naval coincidió con otras generaciones de Cuartero, como con el tío del actual director, Francisco Cuartero Núñez, que estuvo al frente de la dirección durante el periodo 1992-1994.

"Con Cuartero Núñez coincidí cuando opté a la subdirección y ahora que me jubilo lo hago con su sobrino. Es un hecho bastante anecdótico. Hasta lo hablé con él el lunes cuando fui a despedirme", relata Iglesias.

A pesar de que los últimos años fueron "muy buenos", el trabajo que realizó Teresa durante las cuatro décadas que permaneció allí "siempre fue muy satisfactorio y nunca tuve ningún problema".

Algunas de las cosas que recuerda la secretaria con mucho agrado son las "facilidades que te da la Escuela Naval para flexibilizar tus horarios si tienes hijos. Cuando formé una familia y tuve que estar más pendiente de mis hijos no tuve ningún problema si en algún momento tenía que salir para llevarlos al médico o al colegio".

En los 41 años de trayectoria en la Escuela Naval, Teresa no tuvo tiempo para el aburrimiento. "Había muchísimo movimiento, tanto cuando estaba en subdirección como en secretaría de dirección. Quién se piense que en la escuela Naval no se trabaja está muy equivocado. Siempre hay trabajo que hacer. Ahora con la pandemia bajó un poco el ritmo, como en todos los lados, pero en general siempre hay trabajo", sentencia.

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