'Cachi' Villanueva: "En la vida, como en la televisión, siempre se critica lo que tiene éxito"

En Marín afirma sentirse «más yo que en ninguna otra parte». Uno de los hombres más poderosos de la televisión nacional repasó el jueves su trayectoria, desde sus inicios en la villa morracense (y en Pontevedra) hasta la actualidad, en el III Afterwork de Aempe

Manuel 'Cachi' Villanueva. CHRISTIAN FERNÁNDEZ
photo_camera Manuel 'Cachi' Villanueva. CHRISTIAN FERNÁNDEZ

Vuelve a su tierra. Una persona con su cargo, ¿tiene ocasión de visitar Marín con frecuencia o se lo dificultan los compromisos profesionales?

Vengo menos de lo que me gustaría, pero procuro hacerlo a menudo, porque toda mi familia está aquí, pero, sobre todo, porque soy muy feliz. Me siento muy identificado con la tierra y aquí soy más ‘yo’ que en ninguna otra parte.

¿Qué se veía en la televisión de su casa cuando era pequeño? ¿Imaginaba que algún día se convertiría en la persona que decide qué se proyecta en la pequeña pantalla?

La verdad es que no, he llegado mucho más lejos de lo que esperaba. Nunca pensé en llegar a gestionar un grupo de comunicación audiovisual. Decía Jardiel Poncela que en la vida algunos sueños se cumplen y la mayoría se roncan y yo he tenido la fortuna de cumplir uno. Tuve la fortuna de que a mi casa la televisión llegó muy pronto y me pude familiarizar rápidamente con ella. Me distrajo mucho ver series míticas como Bonanza, Intriga en Hawaii, Rompeolas... Además, cuando era pequeño veía a grandes de la comunicación como Jesús Hermida, Alfredo Amestoy o José Antonio Plaza, con los que luego he tenido el orgullo de trabajar y de imaginar y crear proyectos.

Su contacto con la prensa escrita fue en este diario. ¿Cómo llegó aquí?

Fue una cosa muy fortuita. Diario de Pontevedra tenía un corresponsal adorable, Luis Portas, a quien yo quería mucho. Por entonces, yo trabajaba en Radio 80, y Antonio Rivas Fontenla me dijo que necesitaban a un corresponsal en Marín y me lo propuso. Fueron unos años muy felices, junto a toda aquella ‘alineación’ de redactores: Adelino Esprinter, Suso Observador, Amador Larriba... Fue, además, muy aleccionador, porque me obligaba a ese ejercicio diario de tener que ir detrás de la noticia en un sitio que tiene sus limitaciones informativas.

Usted sostiene que la palabra ‘televisar’ ha quedado obsoleta en el panorama actual. ¿La televisión sigue jugando un papel relevante en este universo multipantalla o ha perdido parte de su poder?

Yo creo que la televisión sigue siendo algo muy central en la vida de las personas. De hecho, se supera los 200 minutos por persona. Lo que pasa es que antes la televisión era como la hoguera del campamento, se encendía y toda la tribu se reunía en torno a esa luz. Hoy, la televisión viaja a donde quieras, como quieras y en el momento que quieras. Ayer (por el miércoles) en Mediaset le hacíamos una presentación a nuestros anunciantes de la temporada y veíamos datos que ponen la piel de gallina, como que el 99,1% de la población española ha visto alguna vez Mediaset. Es inimaginable. Da mucho vértigo tanta responsabilidad.

"Lo más valioso en el mundo de la comunicación son las ideas y el talento y en ello estará también el futuro"

¿Cómo se compite con las nuevas plataformas audiovisuales, como Netflix o HBO? ¿Es posible convivir con páginas que dan al usuario ese poder de elección del que habla?

Se habla mucho de cambio, pero yo creo que a lo que realmente hay que estar atento es a los movimientos. Las cosas se mueven y uno tiene que seguirlas. Creo que no cambian los mares, sino los cielos y por eso hay que prestar mucha atención. Su liderazgo como grupo se mide en cifras, pero también en el éxito que han cosechado formatos propios, como First Dates o Gran Hermano, que ya es historia de la televisión.

¿Cómo se da con la receta del éxito a la hora de crear un programa?

Las claves del éxito, como le decía antes, es estar muy atento a lo que sucede en el mercado y tener cierto arrojo, arriesgar. De todas formas, nadie ha dado con la clave de saber qué es lo que le gusta al público, pero hay que tratar de conseguir que lo que tú haces sea lo que el público demande y así te elija para que seas su compañía. Hay quien critica a Telecinco por dedicar demasiado tiempo al entretenimiento y al corazón, aunque usted siempre ha defendido que existe un equilibrio con la actualidad y la información.Bueno, siempre se critica lo que tiene éxito, en cualquier orden de la vida. Bienvenidas sean las críticas cuando te ayudan a reflexionar, que a veces viene muy bien. Nosotros somos muy autocríticos, se lo aseguro. Una televisión comercial se apoya en tres pilares: la actualidad, en sus diferentes formas, ya que la prensa del corazón también lo es, ya sea en papel couché, en televisión o ahora en Instagram; los informativos y el entretenimiento en forma de ficción. En definitiva, la televisión tiene que ser una ventana que abres y por la que miras lo que sucede a tu alrededor.

¿Qué objetivos tiene el grupo para esta temporada? ¿Cómo se gestó su última ficción, Vivir sin permiso, parte de la cual se rodó en Galicia?

La historia de Vivir sin permiso nació de cuando se juntan el azar y la necesidad. Nosotros llevábamos mucho tiempo buscando una historia que tratase el alzhéimer para que fuese interpretada por José Coronado. Después de ver la película Siempre Alice, por la que le dieron el Óscar a Julian Moore, buscábamos este proyecto, pero todo lo que encontrábamos era demasiado dramático e incluso a veces tremendamente violento. De repente, un día recibí la llamada de Manuel Rivas, que me dijo que tenía una historia que podía ser una película. Trataba de un señor que había sido narcotraficante y se había convertido en el rey de Oeste, un lugar imaginado en Galicia, que un día recibía la visita del alzhéimer. A partir de ahí se desarrolla una lucha de poder. De hecho, no es una serie sobre el narcotráfico, sino sobre poder, sobre una persona que quiere usarlo para que le quieran y le obedezcan.

De toda su trayectoria, ¿con qué se queda de todo lo vivido?

La verdad es que todas las etapas han sido muy enriquecedoras, pero es verdad que mi vínculo con Mediaset es muy fuerte. Formé parte del equipo que fundó Telecinco en el 1990, después me fui y estuve en Canal Plus y en Antena3, pero en el 2002 volví. Llevo 31 años en televisión, 16 y medio en Mediaset, por tanto tengo un vínculo muy fuerte con esta empresa y con mi consejero delegado, Paolo Vasile, que ha sido un gran maestro para mí y es una referencia profesional muy importante en mi trayectoria.

¿Hacia dónde debe caminar en el futuro la producción televisiva española?

Hablar del futuro en televisión, con velocidad tan vertiginosa con la que evolucionan las nuevas tecnologías, es muy arriesgado. Como buen gallego, siempre digo que ‘o día de mañá, ninguén o víu’. Habrá que estar muy en sintonía con las nuevas tecnologías, desarrollar conceptos que puedan atravesar todas las formas de distribución, pero sobre todo hay que tener en cuenta que lo más valioso en el mundo de la comunicación son las ideas y el talento, así que el futuro también estará ahí.

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