La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) hizo público, días después del primer aniversario del naufragio, el informe provisional en el que se relata cómo fueron los últimos días del Villa de Pitanxo desde su salida del puerto hasta su llegada a Terranova a partir de "los datos, declaraciones e informes disponibles". En el documento, entre otros detalles, se refleja que el buque llevaba dos tripulantes más (24), todos ellos con titulación y los certificados necesarios, de los 22 que tenía autorizados, cuando se hundió y que se encontraba en movimiento en el momento del hundimiento, pese a que el patrón Juan Padín declaró que había sufrido una parada de motor.
A pesar de que la salida del Pitanxo se efectuó el 25 de enero, no sería hasta un día después cuando finalmente navegaría con dirección a NAFO. Como recoge el informe de la Ciaim, que "no prejuzga en ningún caso la decisión que pueda recaer en vía judicial", menos de una hora después de su partida, el buque se detuvo tras registrar un problema en una bomba, solucionado en pocos minutos y que le permitió continuar con su travesía.
Pero el Pitanxo se detuvo dos veces más en las dos siguientes horas, motivo que llevó a cancelar temporalmente su viaje a NAFO y regresar a tierra, concretamente al puerto de Vigo, para recoger unas piezas. Desde el barco se informó de un nuevo problema mecánico, en esta ocasión en la reductora. Casi seis horas después de su partida de la dársena de Marín, amarró en el muelle de Frigalsa en la ciudad olívica.
Allí, el barco del Grupo Nores fue inspeccionado por Capitanía Marítima de Vigo, que concluyó que no existía ningún problema con la reductora, pero sí con el sistema de paso variable de su hélice propulsora.
La propia armadora, además de la reparación, realizó ese mismo día, 26 de enero, un cambio de tripulante debido a que una de las pruebas PCR que se habían realizado a la tripulación el día anterior en Marín había resultado positiva por covid-19.
En la relación de enroles y desenroles gestionada en la Capitanía Marítima figuraba un desenrole y un enrole. El total de tripulantes que declara el capitán a bordo del Villa de Pitanxo antes de su partida es 22, el máximo admisible en el buque según sus certificados estatutarios. Realmente a bordo había 25 tripulantes —uno de ellos en tránsito—. El Pitanxo zarpó finalmente del puerto de Vigo a las 17.55 horas del día 26 de enero con 25 tripulantes y llegó a Terranova en la noche del 2 de febrero de 2022. Al día siguiente, uno de los marineros fue transferido al buque Río Caxil.
Inicio de la marea
El Villa de Pitanxo, de 50 metros de eslora, había faenado durante nueve días al sur de los Grandes Bancos de Terranova. El 13 de febrero, dos días antes del naufragio, puso rumbo norte-noreste (NNE) para dirigirse hacia el Flemish Pass, donde se alcanzan profundidades de 1.000 a 1.100 metros.

El 14 de febrero a las 15:21 UTC, el arrastrero inicia el que sería el primer lance de pesca en la zona, que se alargó durante once horas y media as una velocidad de 3,5 nudos. También resultó ser el último.
A las 2.50 horas, el buque realiza un cambio brusco de rumbo, a una velocidad e 1,5 nudos. Una hora después y hasta las 4.16, el Villa de Pitanxo navegó a una velocidad de entre 3 y 4 nudos. Siete minutos después, la redujo a 2,6 y emitió su última señal AIS (Sistema de identificación automática), mientras que a las 4.19 (5.19 horas en España) se lanza una llamada selectiva digital de socorro desde el buque.
Minutos antes de esa señal, a las 4.00 UTC, la Ciaim expone en su documento que el buque se encontraba con el arte largado por popa. El viento, de 40 nudos, y el oleaje, de hasta 10 metros, incidían por la aleta de babor. "Por causas que se están analizando", el buque queda sin capacidad de maniobra.
El arte de pesca "ejerce un fuerte tiro sobre las pastecas de arrastre". Esto provocó una escora a babor, que aumentó "lenta y progresivamente"
Ante la situación "irrecuperable", se hace "evidente" el abandono del buque. La mayoría de los tripulantes, que se encontraban en la cubierta superior, trataron de acceder al puente para dirigirse a las balsas salvavidas. El acceso al puente, como indica la Ciaim, se hizo difícil por la escora.
Como ya se conocía, ningún tripulante llevaba traje de supervivencia, a excepción del capitán —Juan Padín— y un marinero —su sobrino, Eduardo Rial— que también se encontraba en el puente. Varios tripulantes lograron arriar una balsa salvavidas en la que solo consiguieron embarcar el capitán, el marinero que llevaba el traje de supervivencia y por lo menos otros cinco tripulantes más con ropa de trabajo. El resto de trabajadores no lograron llegar al puente.
Con respecto a los trajes, la Ciaim confirmó que en el buque tan solo había 22 disponibles, pero si con dos balsas salvavidas con capacidad para 25 personas cada una.
Los marineros que lograron subir a la balsa, que se anegó tras sufrir desgarros en el fondo, estuvieron a la deriva durante cinco horas. Solamente sobrevivieron Padín y Rial, con traje, y Samuel Kwesi, Los otros cuatro fallecieron por hipotermia.
El Playa Menduiña Dos, buque que los rescató, llegó a la zona casi cinco horas después del hundimiento. No fue hasta una hora más tarde cuando detectó la balsa debido a la poca visibilidad. El Novo Virgen da Barca había localizado una segunda balsa en el agua, pero sin nadie a bordo.
La investigación de la Ciaim se alargará más allá del 2023
La Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos afirma en el documento provisional "no poder determinar un plazo concreto" para terminar la investigación, pues "una vez se conozcan los resultados de la inspección submarina del pecio, será necesario realizar un análisis pormenorizado de las evidencias y estudios recopilados". Por todo ello, avanza que "no parece probable que la investigación pueda finalizar a lo largo del año 2023".

Entre otros aspectos, la Ciaim también da cuenta en el documento de diferentes reformas llevadas a cabo en el buque en los últimos años. En concreto, en 2012 hubo un cambio de cubierta principal, lo que tuvo efectos en la eslora reglamentaria, el arqueo, el francobordo y los cierres y aberturas a la intemperie. A finales de 2016, se instalaron dos nuevos túneles de congelación.
Como apoyo a la investigación, la Ciaim encargó la realización de ensayos con un modelo del buque a escala en el laboratorio de dinámica marina del Centro de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo. En estos ensayos se estudió el comportamiento del buque sometido al oleaje del momento del accidente, en varias configuraciones de condiciones de carga, arrastre del arte y aberturas en el casco. Los trabajos se realizaron a finales del año 2022, y actualmente la Comisión está analizando sus resultados.
Con respecto a la bajada al pecio del Pitanxo, la Ciaim recuerda en el informe que las operaciones se encuentra en licitación, con previsión de poder realizarlas a lo largo de este verano.
Familias: "Hay que esperar a bajar al pecio"
La portavoz de las familias, María José de Pazo, remarcó este jueves que este informe de la Ciaim "no es el definitivo", por lo que pide esperar a lo que "siempre" han solicitado, que es bajar al pecio, para que "no quede ninguna laguna por explorar" y "pueda ser beneficioso para saber la verdad de este naufragio".
Por otra parte, este domingo, el Concello de Moaña celebrará el acto de homenaje a los tripulantes. Tendrá lugar a las 12.30 horas en el muelle de A Mosqueira.