'Voilá la femme', arte femenino de referencia mundial 30 años después

La nueva edición de la muestra colectiva fue inaugurada este martes, víspera del Día Internacional de la Mujer, en el Ateneo Santa Cecilia de Marín, donde se podrá visitar hasta el día 31 de marzo
La alcaldesa María Ramallo y la artista Yolanda Herranz con la comisaría y las participantes, vestidas de rojo en homenaje a la muestra. DAVID FREIRE
photo_camera La alcaldesa María Ramallo y la artista Yolanda Herranz con la comisaría y las participantes, vestidas de rojo en homenaje a la muestra. DAVID FREIRE

Que la inauguración de la trigésima edición de la exposición colectiva femenina más antigua de Europa, Voilá la femme, coincidiera con la víspera del 8-M no fue casualidad. Con el claro objetivo de reivindicar el papel de las mujeres artistas, la muestra se dio a conocer este martes en la sede del Ateneo Santa Cecilia, donde permanecerá hasta el 31 de marzo, y bajo la coordinación de la marinense Celeste Garrido, como cada año desde su nacimiento.

La extensa trayectoria de esta iniciativa hace que Voilá la femme ya se haya convertido en un referente mundial, pero Garrido establece que "aínda queda traballo por facer, hai que seguir". La coordinadora de la muestra tiene claro que "as diferenzas entre homes e mulleres no sector da arte son enormes, a igualdade aínda é unha ilusión óptica".

El presidente del Ateneo, Lois Dopazo, mostró un "gran orgullo" por continuar haciendo historia, tres décadas después, con esta exposición que, para muchas jóvenes, supone "o inicio dunha fructífera carreira na arte". Así, Dopazo destacó que por la muestra, que pretende ser un trampolín para las artistas noveles, "pasaron máis de 150 mulleres, moitas delas cun nome a día de hoxe".

La edición de este año cuenta con obras de la mano de Lidia Amado , Santi Almeida, Blanca Castro, Wèdyla Rodrigues, Cristina Souto e Iria Pazos. La obra de Amado, una pintura presentada en pliegos y dos fotografías, desafían la belleza e introducen el concepto de la monstruosidad, "una parte que todos tenemos", según la propia artista.

La de Almeida y Castro, una pieza audiovisual elaborada conjuntamente, hace referencia al mito de Narciso y, con ella, las jóvenes ponen el foco en la importancia de la imagen propia, la comparativa de cuerpos y la búsqueda de una misma.

Wèdyla Rodrigues presentó cinco pinturas textiles hechas con lana y fibras pigmentadas. En ellas, la artista representa su país, Brasil, dividido por regiones para reconocer la artesanía de cada una. La obra de Cristina, un cuadro con telas superpuestas y una pieza audiovisual, explora la idea de la memoria a la vez que rinde homenaje a su madre.

El cuadro de Pazos, en grandes dimensiones, muestra la figura de una pintora. Con ella, la joven reivindica el papel de la mujer artista en contraposición al de musa y objeto de inspiración, los tradicionalmente asimilados.

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