Cinco años por abusos y malos tratos en el primer juicio post confinamiento

El acusado admitió que sometía a su novia a una constante violencia física y psíquica, no le permitía tener amigos y la forzaba sexualmente
Magistradas, letrados, policías, acusado, periodistas y público, respetando las distancias de seguridad en la sala de vistas. MÓNICA PATXOT
photo_camera Magistradas, letrados, policías, acusado, periodistas y público, respetando las distancias de seguridad en la sala de vistas. MÓNICA PATXOT

La Audiencia Provincial recuperó este jueves los juicios presenciales tras dos meses de confinamiento obligado por la covid-19 y lo hizo para dirimir un caso de maltrato habitual a la mujer, coacciones, agresión sexual y lesiones en el que sorprendió la juventud del acusado.

En medio de unas medidas de seguridad nunca antes vistas en el Palacio de Justicia, M.A.R.T. reconoció ante el tribunal de la Sección Cuarta que su relación con la que era su novia —ambos afincados en Vilagarcía— fue especialmente tormentosa, plagada de "constantes actos de violencia física y psíquica" durante todo el tiempo que duró, pero especialmente a partir de la mayoría de edad de ambos.

Ante el riesgo de ser condenado a más de 22 años de prisión, tal y como pedían inicialmente las acusaciones, el joven asumió los hechos y se benefició de una considerable rebaja en la pena, que se quedó en algo menos de cinco años de cárcel. Para lograrlo, el tribunal tuvo en cuenta la atenuante de drogadicción, pues el muchacho acreditó que era consumidor habitual de cannabis y cocaína.

No podrá acercarse a menos de 500 metros de su exnovia en los ocho años siguientes a su salida de prisión

4.500 EUROS PARA LA VÍCTIMA. También jugó en su favor haber consignado, minutos antes de la celebración del juicio, 4.500 euros para cubrir posibles responsabilidades civiles. Cantidad en la que, finalmente, se fijó la indemnización para la víctima.

A propuesta del fiscal, la magistradas de la Sección Cuarta dictaron sentencia firme, que incluye tres meses de prisión por maltrato habitual contra la mujer, cuatro años y seis meses por delito continuado de agresión sexual, 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad por tres delitos de lesiones, y una multa global de 720 euros por dos delitos de coacciones graves.

Además, M.A.R.T. no podrá acercarse a menos de 500 metros de su exnovia durante los ocho años siguientes a su salida de prisión, como tampoco podrá comunicarse con ella por cualquier medio informático, telemático, escrito, verbal o visual.

La reactivación de la actividad judicial presencial conllevó medidas inusuales: menos aforo, más separación y todos con mascarillas

INSULTOS Y GOLPES. Según admitió el encausado, los cuatro años que duró su relación con la víctima estuvieron salpicados de insultos y menosprecios hacia ella, diciéndole, entre otras expresiones, que si era una puta para unos también lo iba a ser para él, amedrentarla con agredirla o decirle que iba a difundir fotos y vídeos de ella de contenido sexual, propinarle bofetadas, golpes y patadas, tirones de pelo, etc.

El acusado de abusar y maltratar a su novia, con mascarilla en el primer juicio presencial tras dos meses de confinamiento. MÓNICA PATXOTAdemás, con el ánimo de controlarla y someterla a su voluntad, le revisaba a menudo el móvil, controlaba sus redes sociales y además no le dejaba tener amigos ni salir con sus amigas, y se enfadaba si se relacionaba con otros chicos e incluso cada vez que ella le decía que quería dejar la relación, el procesado aumentaba su control y agresividad.

Además, en muchas de las ocasiones en las que la muchacha le decía que no quería mantener relaciones sexuales, el acusado la emprendía a golpes hasta que, normalmente, ella acaba cediendo por miedo o para que cesasen los golpes.

Todas estas acciones de M.A.R.T. produjeron en la chica un temor y miedo constante, tanto cuando estaban juntos como cuando ella pretendía romper, por lo que una y otra vez volvía con él, unas veces por temor y otras por la dependencia afectiva creada.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron la suspensión de la condena y que el joven no tuviera que ingresar en prisión "siempre y cuando cumpla con el programa específico de tratamiento del maltrato y lleve buena evolución en él y no haya ninguna regresión".

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