Los edificios de las antiguas escuelas de O Tombelo no llegarán al 2022. Así lo había anunciado el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, en el último Pleno Ordinario, y esta semana cumplió su promesa. El inmueble, ya declarado en ruina, suponía "un grave problema de insalubridad" en la zona, y también de seguridad para los vecinos más próximos, por lo que se espera que en cuestión de días estas edificaciones pasen a la historia, dando respuesta así a esta demanda vecinal.
Los trabajos de demolición comenzaron con la retirada de la carpintería exterior y del mobiliario que todavía permanecía en el interior de los viejos edificios, para dar paso al derribo propiamente dicho, que ya se ha efectuado en gran parte de las estructuras. Una vez concluida esta fase, se allanará el terreno para plantar césped, con el objetivo de acondicionarlo como zona verde, tal y como había comprometido el Gobierno local.
Junto a la demolición de las escuelas, el Concello ha programado para este lunes el inicio de los trabajos para el derribo de la vieja caseta ubicada en el exterior de la subestación de Vilalonga, una actuación también comprometida por Martín para antes de terminar el año. Durante la mañana de ayer el Gobierno local firmó el convenio con UFD Distribución Electricidad para la cesión de uso del espacio por 99 años, período máximo legal permitido. Este acuerdo posibilitará convertir la parcela en un espacio público, mejorar la seguridad vial y la imagen de la entrada principal a la parroquia con la dotación de una marquesina, una parada de autobús y una zona verde. Ambos edificios datan de los años 60 y su retirada contribuirá a mejorar la calidad de los espacios públicos municipales.
