La denominación de origen Rías Baixas ha reconocido este viernes que la uva recogida en la vendimia de este año, que ha experimentado un descenso del 16% con respecto a la de 2018, dificultará que las bodegas puedan cubrir sus niveles de venta. El consejo regulador señala que la vendimia ha finalizado con una cosecha de 32,4 millones de kilos de uva recogidos en sus más de 4.000 hectáreas de viñedos, lo que se traduce en una producción estimada de 22 millones de litros de vino.
Esta cifra, por debajo de las ventas anuales de Rías Baixas, no se compensa tampoco con la producción que se acumula en las bodegas, ya que apenas cuentan con existencias de añadas anteriores.
Los 5.177 viticultores implicados en la vendimia recogieron 31.290.082 kilos de variedad albariño, que representa el 96% de la uva producida en la denominación; mientras que la uva caíño blanco supone el 0,83% de la producción y la treixadura es el 0,67%.
La subzona de O Salnés es, un año más, la principal productora con un 64% del total de la vendimia de Rías Baixas, seguida por el Condado do Tea con el 21 % y O Rosal con el 9,5 %.
Los técnicos de la denominación señalan que la uva que entró en bodegas está "sana y con buenas graduaciones", por lo que se espera una añada "de calidad y muy aromática" gracias a que el viñedo estaba en un "adecuado" estado sanitario y vegetativo. Su desarrollo, sin embargo, estuvo marcado por una adversa meteorología que comenzó motivando un brote muy rápido e irregular y los cambios bruscos de temperatura durante marzo y abril provocaron cierta ralentización en su crecimiento. Además, influyeron negativamente los episodios de viento, que produjeron daños en los primeros brotes, así como el granizo que, a finales de abril, dañó los viñedos.
