En uno de los encuentros que habían mantenido en los últimos meses el canciller de Alemania, Olaf Sholz, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el dirigente germano comentó a su homónimo ibérico que había pasado un verano durante los años 80 en un pueblo gallego, al que llegó para aprender y mejorar su castellano. Y resultó ser O Grove.
Llegado el comentario de Olaf Sholz a oídos de José Antonio Cacabelos, el alcalde del municipio grovense preparó algunos regalos que podría hacerle llegar aprovechando la cumbre hispano-alemana que se celebraba en A Coruña. El miércoles se desplazó hasta la ciudad herculina para reunirse unos minutos con el canciller alemán y allí le obsequió con una réplica de la estatua de la familia mariñeira que está ubicada en la Praza do Corgo y con un cuadro de Carlos Besada hecho expresamente para la ocasión, en el que se puede ver el paisaje de O Grove, de la ría y de la isla de A Toxa.
Además, el regidor de la localidad grovense invitó a Olaf Sholz a visitar O Grove "en canto teña ocasión, onde o acolleremos da mellor forma, tomando un bo albariño e probando o mellor marisco", sinalou Cacabelos.
Durante las décadas de los 80 y 90 muchos alemanes visitaban O Grove en el período estival para estudiar castellano en la Academia Atlántica, una referencia entre los centros educativos de este sector en aquella época. "Logo facían turismo pola nosa zona", añadió el alcalde. "Ademais, propoñeremos facer ao chanceler Sholz como fillo adoptivo do Grove, co obxectivo de manter ese vínculo entre el e o noso Concello", concluye el alcalde tras su encuentro con una de las figuras más poderosas de la política europea.
