Cuando hace 39 años un grupo de vilagarcianos recorría los montes del municipio, y de otros colindantes, en busca de setas, su actividad llamaba la atención. "Había a patadas", recordaba este viernes el presidente de la Agrupación A Cantarela, Carlos Puga, en la que siguen desarrollando esta afición algunos de los precursores. Hoy son casi 200 los socios, y el Outono Micolóxico que organiza este colectivo se convirtió en todo un acontecimiento.
Este evento fue presentado, en el Auditorio Municipal, donde la concelleira de Cultura, Sonia Outón, agradeció la labor que realizan porque se convierte en un atractivo más del municipio y en una actividad en la que se involucran cientos de estudiantes de los colegios y decenas de fotógrafos, que presentan sus dibujos e instantáneas a los concursos, que se celebran en paralelo con el gastronómico. Como es habitual, la divulgación tiene un apartado especial, y en las disertaciones programadas figuran temáticas recurrentes, como la iniciación a la micología o las intoxicaciones, los días 11 y 12.
Pero el asunto a tratar el 13 es más llamativo porque se trata de las algas, qué son y sus usos, y lo mismo sucede con el de la jornada siguiente: los líquenes. El Auditorio será el escenario de las charlas, a las 20.30 horas, y en este lugar también podrá observarse la exposición de setas.
El acto que atrae a más público es la Festa dos Cogomelos, que se celebrará el día 17 en la Praza da Peixería. Serán cuatro las recetas usadas en su preparación, precisó Carlos Puga. Esta jornada, que atrae a cientos de comensales, tendrá como anticipo una sesión gastronómica, el 15 y en el mismo lugar, a cargo del cocinero Rubén García.
Puga resaltó que la temporada está resultando muy fructífera por la combinación de dos factores: temperaturas suaves y lluvias constantes pero no intensas, que dio lugar a la aparición de especies cuya presencia se echaba en falta desde hace años.
