Descartan que el Sin Querer Dos golpease los bajos marinos antes de irse a pique

Este jueves le será practicada la autopsia a los tres cambadeses fallecidos en el naufragio

Momento en el que uno de los cadáveres es desembarcado en Porto do Son. PEPE FERRÍN (AGN)
photo_camera Momento en el que uno de los cadáveres es desembarcado en Porto do Son. PEPE FERRÍN (AGN)

El mar volvió a convertirse este jueves en escenario de tragedia para varias familias de la comarca de O Salnés, especialmente para el municipio de Cambados. Tres fallecidos y un desaparecido, todos ellos vecinos de la villa cambadesa, es el dramático saldo del naufragio sufrido por el Sin Querer Dos, con base en Portonovo. Los seis miembros restantes de la tripulación, entre los que se encuentran dos jóvenes de la villa sanxenxina, David Rodríguez y Cristian Rosales, de 39 y 26 años, respectivamente, fueron rescatados sanos y salvos, junto a otros cuatro compañeros. Los tres muertos son el patrón del barco, Manuel Serén, y los marineros Teófilo Rodríguez y Bernardo Padín. El trabajador que todavía no ha sido localizado es Guillermo Casáis Bravo.

El suceso se produjo a las 13.35 horas. Aunque en un primer momento se barajó la posibilidad de que el buque, de más de 26 metros de eslora, golpease algún bajo, esta opción parecía haber sido descartada al cierre de esta edición. Las autoridades han abierto una investigación para aclarar las razones de la tragedia. El Sin Querer Dos se hundió a 4,5 millas de Cabo Fisterra, cuando regresaba a las Rías Baixas, después de permanecer cuatro días faenando en Gijón. Previamente había hecho alto en el puerto de A Coruña, tal y como precisó el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín.

Los seis supervivientes, incluidos los dos marineros de Portonovo, fueron dados de alta

HOSPITALIZADOS. Una vez en tierra firme, todos los supervivientes fueron trasladados a diferentes centros sanitarios. Dos de ellos permanecían ayer ingresados en el Hospital de Cee, mientras que los cuatro restantes (entre los que se incluyen los sanxenxinos), fueron derivados al Policlínico de Santiago de Compostela. Los marineros presentaban síntomas de hipotermia. Además, uno de ellos sufrió un traumatismo en una pierna. En todo caso, sus dolencias eran de carácter leve. De hecho, los dos sanxenxinos recibieron el alta durante la noche. Entre los diez tripulantes también se encuentran varios trabajadores de nacionalidad senegalesa, afincados en diferentes villas de O Salnés.

Los supervivientes, que fueron encontrados en dos balsas salvavidas, fueron rescatados pocos minutos después del hundimiento. Una vez recibida la alerta, Salvamento Marítimo organizó un dispositivo en el que intervinieron el helicóptero Helimer 401, que divisó a uno de los fallecidos, y la embarcación Salvamar Régulus, que avistó a las otras dos víctimas mortales. En las labores de búsqueda también colaboraron activamente varios buques que estaban en la zona del hundimiento, como el Hermanos Silva y el Meira Da Costa.

Sigue la búsqueda del desaparecido Guillermo Casáis

En las tareas de rastreo del cambadés Guillermo Casáis Bravo también tomó parte el helicóptero Pesca 1, según detallaron fuentes de la Consellería do Mar. Sin embargo, la búsqueda por aire tuvo que ser suspendida al filo de las 19.00 horas, debido a la falta de visibilidad. También entonces se retiraron las embarcaciones particulares, si bien durante toda la noche permaneció operativo el Don Inda, realizando trabajos de sondeo. Con respecto a los fallecidos, uno de ellos fue derivado a un hospital de A Coruña, mientras que los otros dos fueron trasladados a Santiago de Compostela, para que se les practiquen las autopsias a lo largo de la jornada de este jueves.

El vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, que el miércoles visitó el puesto base instalado en Porto do Son, a donde se trasladaron los cadáveres sin vida de los cambadeses, expresó su deseo de que los cuerpos sean entregados a sus familias lo antes posible para su entierro.

La triste noticia, que se produce apenas unos días antes de Navidad, causó una fuerte conmoción en las Rías Baixas.

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