Agentes de la unidad de investigación de los Mossos d’Esquadra detuvieron en las últimas horas a la narcoletrada María Tania Varela Otero, la única mujer presente en la lista de las personas más buscadas por Europol, que permanecía fugada desde 2013, cuando debía cumplir una pena de siete años de cárcel por su participación en el intento de introducción de 2.000 kilos de cocaína por las costas gallegas.
Tania Varela (Cambados, 1974) nunca estuvo al frente de una gran organización dedicada al narcotráfico. Ni siquiera realizó labores realmente importantes para la introducción de cocaína en las Rías Baixas, según aseguran los que conocen por dentro los grupos criminales dedicados al negocio. Su gran error fue, seguramente, acercarse demasiado al dinero fácil en el ejercicio de su profesión (es abogada) e iniciar un romance con uno de los capos de la droga de la ría de Arousa, David Pérez Lago, con el que estuvo relacionado en el peor momento, cuando trababa los contactos con una organización colombiana para intentar colar un gran cargamento de cocaína en Galicia.
La fama, más que su capacidad para promover la entrada de fardos de droga en Europa, la situó en el ojo del huracán, y se convirtió en una prófuga muy conocida. Eso hizo que los narcos gallegos, que huyen de los focos como de la peste, decidiesen alejarse de ella en los últimos tiempos.
EL ALIJO. La participación de la letrada en el asunto por el que ahora deberá cumplir la sentencia (siete años de los que no estará más de cinco entre rejas, pues a continuación obtendrá permisos penitenciarios) se concretó en su presencia en algunas de las reuniones previas a la operación de droga que fue abortada por la Policía Nacional en abril de 2006.
Varela mantenía la citada relación sentimental con el hijastro de Laureano Oubiña, considerado el jefe de la organización en Galicia, por lo que fue detenida, procesada y condenada. Los investigadores del Greco de la Comisaría de Pontevedra, que coordinaron las investigaciones, tenían información acerca de la llegada de una lancha con cocaína a las Rías Baixas. Sabían que la droga había sido cargada y establecieron un doble dispositivo en las rías de Pontevedra y Arousa, con agentes desplegados sobre el terreno.
Junto a ellos, un helicóptero del Servicio de Vigilancia Aduanera se encargaba de efectuar los seguimientos desde el aire. El grupo de Pérez Lago, en el que trabajaba la ahora detenida, se percató de la presencia de la Policía y de la aeronave, por lo que decidió emplear un plan B: introducir el alijo por A Costa da Morte. Los narcos tuvieron problemas en la fase final del narcotransporte.
Cuando la lancha rápida se hallaba a solo 12 millas de la costa gallega, el temporal y la falta de combustible frustraron la descarga. La cocaína fue abandonada en la playa. David Pérez Lago fue detenido poco después en Corcubión, bajándose de una planeadora. Había salido al mar para prestar apoyo a sus secuaces. Varela también estuvo presente en el asesinato de Alfonso Díaz Moñux, letrado con el que había iniciado una nueva relación sentimental y que fue tiroteado por dos sicarios ante sus propios ojos en Madrid.
