Las prospecciones realizadas en el núcleo fundacional de Vilanova de Arousa permitieron determinar que bajo la tierra se encuentran los restos de una muralla de la época romana, y las excavaciones que serán realizadas en la zona donde se hallan serán el primer paso para sacarlas a la luz. A continuación comenzará un laborioso trabajo de recuperación y consolidación de las mismas, para lo que será necesario determinar los puntos de drenaje y habilitarlos de nuevo, además de realizar una labor de documentación.
Una vez superados estos pasos, la muralla pasará a formar parte de los registros arqueológicos de la localidad. La situación de la misma quedó determinada tras el trabajo de indagación realizado por una empresa especializada, para lo que utilizó un georradar que, mediante señales magnéticas y eléctricas, definió una serie de dibujos de forma cuadrada que indican la presencia de diversas estructuras constructivas en el subsuelo, ubicadas a una altura de entre un metro y un metro y medio, aproximadamente.
También fue detectada la presencia de teja romana, al igual que de cerámica y ánforas de Andalucía, en un lugar que antes de haber sido un asentamiento romano fue un castro cuyos habitantes mantenían relaciones comerciales con comunidades de otras latitudes a través del mar, situado a poco metros. Cálogo es, por otra parte, el emplazamiento de un monasterio medieval del que queda el campanario.
Los resultados de la investigación fueron presentados este lunes en el Concello por el arqueólogo Francisco Alonso y el alcalde, Gonzalo Durán, que planteó la posibilidad de construir un mirador, porque permitiría tener una visión de la ría de Arousa similar a la que tuvieron los habitantes de este montículo.
