Después de una larga noche sin incidencias destacables y con multitud de asistentes, la mañana de la Fiesta del Agua 2018 comenzaba soleada. Al ritmo de I want to break free, de la mano de un Freddie Mercury encarnado en su imitador vilagarciano Fran García, los millares de asistentes han esperado el momento del inicio del baño.
La procesión de San Roquiño, O pequeno ha transcurrido con normalidad. Llegó a la capilla del San Roque donde comenzó la celebración tras la lectura del pregón por parte de la asociación de mujeres O Soño de Lilith, una agrupación muy activa en la localidad y que esta edición ha colaborado en la puesta en marcha del Punto Lila, para atender posibles casos de agresiones machistas.
Tras la lectura del pregón más feminista y reivindicativo, llegó el chupinazo con la tirada del primer cubo de agua y con él las calles de la zona húmeda se han inundado, con millares de personas deseosas de una buena mojadura.
Desde ese momento, los miembros del servicio de emergencias municipal, manguera en mano desde sus camiones cisterna, empaparon a todos los asistentes que, no conformes, pedían más agua al grito de: "¡Aquí no llega!".
También los vecinos de las zonas húmedas se asomaban a sus balcones y ventanas con mangueras y cubos para no dejar seco a nadie que pasara por la calle.
Además, este año como novedad, la Fiesta del Agua estrenó un nuevo sistema pulverizador de agua, en medio de la plaza de Galicia, que funcionaba permanentemente para remojar a todas las personas que estaban debajo.
Ya comenzando la tarde, los servicios de limpieza trabajaban forzosamente limpiando parte de la zona húmeda para que la villa presentara un buen estado para los festejos del atardecer con la procesión de San Roque, sin embargo, numerosos rezagados continuaban disfrutando de la fiesta que cada año se alarga más.
Los espera una larga noche de juerga para muchos y después de la gran mojadura, algunos se recogerán y esperarán ansiosos ya la próxima edición de la Fiesta del Agua, declarada de Interés Turístico Nacional.
